DULCE O TRUCO

por Abelardo Pérez Estrada

@abeperez

Empresario, analista político, Expresidente CANACINTRA

Una frase que la mayoría de los mexicanos conocemos desde pequeños y que a pesar de sus variantes y anglicismos se sigue utilizando, apenas inicia el mes de noviembre.

Esta frase se utiliza por lo pequeños para “condicionar” que les entreguen un “dulce” y de esa forma evitar hacer una travesura a la persona que se lo piden.

Una frase que durante años ha sido parte de la cultura y tradición de los mexicanos, qué tal parece que la han ido perfeccionando algunos políticos con el paso del tiempo.

Generalmente la persona que tiene el poder condiciona las acciones de los demás con una variante de esta frase, ante la amenaza de que les hagan una “travesura”, sin embargo, estas “travesuras” generalmente son del tamaño del “dulce” que quiere la persona en el poder.

Lo hemos visto con diferentes partidos y a lo largo y ancho del país, no olvidemos aquella famosa frase, “copelas o cuello”, donde la cooperación era el dulce y el cuello truco.

Otro ejemplo era el Plata o Plomo, que utilizaba Pablo Escobar, para que sus enemigos, empresarios, políticos, legisladores y demás autoridades, aceptaran la Plata-Dulce, a cambio de hacerse la vista gorda, enterrar sus valores, evitar la publicación de sus escándalos, o mantener la vida.

En la actualidad no es más que una amenaza, dando a cambio algo.

En México, actualmente hemos visto, la aplicación de esta frase en la cúpula política y en algunos líderes empresariales, donde el presidente Andrés Manuel, por medio de sus operadores, amenazan a lideres opositores con investigaciones o la filtración de su actuar presumiblemente corrupto, a cambio de que se pronuncien o propongan o voten en favor de las propuestas legislativas que le convienen personalmente al presidente, algunos de ellos hasta agradeciendo públicamente por la dulce embajada que les dieron.

En la política mexicana, generalmente el dulce significa entregar la dignidad y pisotear los principios a cambio de no ser evidenciados por algún ariete del presidente, como lo ha hecho la gobernadora de Campeche, el secretario Adán Augusto, Santiago Nieto, Pablo Gomez, Gertz Manero y el mismo presidente en las mañaneras.

Tristeza e indignación, debe dar, que el rumbo que le dan los políticos a México, hoy se realicen más por coacción, conveniencia o por intercambio y no necesariamente por una negociación en beneficio del país sino con un objetivo meramente personal, donde no les importa entregar el futuro del país con tal de qué el presidente no les haga un truco.

La gran diferencia, es que cuando estábamos pequeños, el truco era una travesura que generalmente, no afectaba la vida diaria de las personas que se negaban entregar el dulce, actualmente el truco significa en muchos casos, afectaciones o retroceso de años a los millones de jóvenes, mujeres, instituciones o incluso la pérdida de oportunidades y vidas de la gente que ha estado desamparada por estas personas que toman las decisiones y que han preferido tomar el dulce ante la amenaza del truco

Insisto, ¡Es tiempo de los ciudadanos!, que no nos afecten con sus trucos.

smr 14:55

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