Por: Guillermo Calderón.
Solo es una reflexión que pretende impulsar el
mundo de las ideas, los valores y las actitudes.
Todos los sondeos prevén la derrota de la alianza “Va por el Estado de México” y la sustitución del poder ejecutivo estatal. Como iceberg que hundió al Titanic, el primer debate (la primera cura de humildad), fue la gran masa de hielo que los golpeó y que pudo haber marcado el inicio del fin. El otrora símbolo político mexiquense, que logro navegar arrogante y soberbio, durante 96 años, sintiéndose invencible, ha sufrido un mortal ataque directo en toda su línea de flotación, causándole daños irreversibles. Muy poco falta para que alguien dé, la orden de abandonar el barco.
El sprint final viene ahora, con el siguiente debate y casi cuatro semanas más de campaña. Pero, aun así, la suerte está echada y no hay hacia dónde correr.
Sin embargo, la campaña emprendida por la alianza “Va por el Estado de México” sigue atravesado por distintas y especiales dificultades. Comenzando por sus decisiones mal pensadas y su discurso político, cargado de egocentrismo y jactancia. Pareciera estar dedicado a generar antipatías que, a cualquier otra cosa, por lo incivilizado que se oye. Lo orientan hacia la confrontación, más que al debate de ideas.
Y continúa para ellos, la imparable fuga de simpatizantes y de connotados miembros de sus partidos. Frecuentemente, somos testigos de locaciones que apenas y logran llenar. De eventos que tienen la necesidad de rellenar con grupos de estudiantes o con contingentes de municipios cercanos, para aparentar aforos repletos de simpatizantes. Lamentablemente, también, los ha tocado la tragedia, ante lo cual, en un acto de humildad y respeto, la maestra Delfina Gómez Álvarez, ha sido la primera en solidarizarse con las víctimas y con su adversaria. Y por, último, como para que las cosas se acomoden peor, el responsable de la principal y mayor plaza priista, la ha rendido, no sin antes haber dado la orden de “hundir las naves”.
Ya para este entonces, los vientos, soplan en favor de la candidata de Morena y sus aliados. Todas las mediciones lo indican. Seguramente, porque, la mayoría de los mexiquenses, deben de estar buscando evitar lo que perciben como lo peor; por lo que, cambiaran de partido gobernante este domingo 4 de junio, próximo.
¡La suerte está echada!, es lo que significa el vocablo ¡Alea iacta est! Y, a estas alturas, ya solo es cuestión de esperar. El recuento de daños les debe dar, para tener claridad que, ya no hay tiempo para correcciones y mucho menos para virar el rumbo. Van directo a una colisión. Y tal como lo mencioné en alguna de mis editoriales, pasará qué: el otrora y poderoso buque de los sueños políticos mexiquenses caerá. Hagan lo que hagan. Y sucederá, por las mismas circunstancias que habría advertido, en su momento, el constructor del Titanic: “El hundimiento es eminente, es una certeza matemática, por la forma en que fue construido”.
Ahora, mis preguntas finales, ¿Ya advirtieron al capitán del buque, “Alito”, sobre el iceberg que tienen enfrente? ¿Para quién creen ustedes que, está destinado el único chaleco salvavidas que hay a bordo? Antes de caer en hipotermia “Alito”, ¿se soltará de la tabla en la que quedará o se aferrará a ella?
Hasta aquí con una más de: Mis preguntas finales, nos leemos en la próxima.
Guillermo Calderón Vega. Profesor Universitario, abogado, exfuncionario público, Experto en operación, negociación y concertación política. Twitter: @gmo_calderon / Facebook e Instagram: Guillermo Calderon Vega.
smr 10.21