¿Y la Independencia?

por Fuensanta Pérez Orona

Bandas de guerra, banderas, desfiles y un sentimiento de patriotismo se vivió este fin de semana para conmemorar en todo el país el día de la Independencia de México; sin embargo, al momento de vivir cada uno de esos detalles no pude evitar que llegara a mi mente la frase de Roque Dalton: “Hoy fue el día de la patria: desperté a medio podrir, sobre el suelo húmedo e hiriente como la boca de un coyote muerto, entre los gases embriagadores de los himnos”, y no, no es que no me guste festejar en estos días, porque desde niños nos enseñaron a amar y respetar cada uno de los símbolos patrios, y además por el gran cariño que sentimos hacia nuestra gente y nuestras raíces, pero me es imposible también ignorar lo que esa misma gente vive.

No cabe duda, que en la historia que se nos ha enseñado a lo largo de nuestra vida, se nos ha inculcado el respeto hacia aquellos que dieron la vida por un México libre e independiente, por un país que se librara de las cadenas opresoras de la monarquía española: Miguel Hidalgo y Costilla, Josefa Ortiz de Domínguez, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero, entre otros; fueron sin duda héroes, pero el problema real es que la Independencia por la que tanto lucharon, no ha dado resultados.

Desafortunadamente, en los grandes cambios ocurridos en México, los frutos obtenidos no han sido disfrutados por los más desprotegidos; a pesar de que han pasado ya 212 años de ese movimiento, la tan llamada Independencia de México no logra verse por ningún lado; hemos sido y seguimos siendo un país que depende sobre todo, de países como Estados Unidos, Canada, España, principalmente.

Una prueba irrefutable de ello ha sido el gran incremento de remesas enviadas por nuestros connacionales desde Estados Unidos, lo que el medio de comunicación El Pais, ha catalogado como el mayor logro económico de los mexicanos, pues es propiamente un dinero que no se genera en México, sino que simplemente ingresa como remesas, pues según el mismo medio,

para el cierre de 2021, se tuvo un incremento del 27.1 por ciento con respecto al año previo; se alcanzó la cifra inédita de 51,594 millones de dólares. Este ingreso es el resultado evidente de la fuga de mano de obra barata que debe salir de su país de origen para encontrar un trabajo donde le paguen un poco mejor para poder así mantener a sus familias.

Pero este no es el único indicio de la falta de independencia; las exportaciones e importaciones también juegan un papel importante en el poco desarrollo tecnológico y económico que como país hemos tenido; a pesar de ser el país representativo del maíz y de que este producto forme parte indispensable, y a veces hasta única de nuestra alimentación, en 2020 importamos lo equivalente a 2 mil 910 millones de dólares, la importación más grande de ese año; le siguió el papel corrugado (285 millones de dólares), las pipas de aluminio (230 millones), el alambre de cobre trenzado (142 millones) y los cianuros (131 millones de dólares). Ante esto, no podemos olvidar tampoco que mientras el 81 por ciento de las exportaciones de México se dirigen a Estados Unidos, solo el 13 por ciento de las exportaciones de Estados Unidos se dirigen a México.

Y en el sector laboral, como vimos más arriba reflejado por las remesas, la situación no es diferente, pues entre los países de América Latina, México encabeza la lista para contratar servicios de outsourcing (externalización). Este tipo de empresas extranjeras, trasladan sus funciones a países que logren generarle mayor ganancia, la cual es obtenida por pagar salarios más bajos, evadir impuestos y contribuciones, aportaciones a la seguridad social, entre otros.

A pesar de que en abril de 2021 el Diario Oficial de la Federación (DOF) “prohibió” el outsourcing basado en suministro de personal, la consultora Staffing Industry Analyst dio a conocer que para el cierre de ese mismo año, en México existían más de 900 empresas que seguían ofreciendo esos “servicios”, y que de esas, 337 están registradas ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), pero solo 100 cuentan con registro en el IMSS y 40 pagan impuestos medianamente adecuados.

Entonces, con tantas empresas de este tipo que no se sienten obligadas a garantizar la calidad de vida de los trabajadores, nos quedamos como un país al que vienen a explotar trabajadores,

mientras que el sudor de los mexicanos engrosa los ingresos multimillonarios de empresas extranjeras sin que el país obtenga ninguna remuneración real a través de los impuestos y prestaciones para que México mejore su economía y la vida de los suyos.

Estamos, pues, atados de manos para lograr una verdadera independencia que beneficie a los trabajadores y al sector más vulnerable de nuestra sociedad; mientras sigamos dependiendo de países como Estados Unidos, que desangran a México y se llevan todo lo que puedan cargar, no lograremos crecer científica, tecnológica y económicamente. Urge que se apliquen acciones por parte del gobierno para garantizar que con los recursos naturales que tenemos y con la mano de obra, que es además la que más trabaja en el mundo, se logre una verdadera independencia; solo así el himno nacional, nuestra bandera, desfiles y demás festejos serán una verdadera muestra de independencia nacional.

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smr 10:43

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