En mi grupo de amigos nos pusimos a discutir acerca del contenido en redes sociales. ¿Qué contenido es bueno? ¿Qué contenido es basura? ¿Cuál contenido debemos publicar como personas? Y dicha discusión, como si Checo Pérez hubiera dado un trompo en la pista, dio un giro que terminó en el tema deportivo.

¿Por qué tiene más audiencia una discusión sin sentido entre Alvarito Morales y Tuca Ferretti que un análisis de Roberto Gómez Junco? ¿Por qué no le dan más espacio a gente preparada, culta, educada, que se expresa correctamente y que puede aportar en aprendizaje y cultura como Heriberto Murrieta y Alberto Lati? ¿Qué generan las polémicas con poco argumento que arman David Faitelson que a los aficionados les gusta escucharlas? ¿Por qué ya no transmiten los programas de Enrique Wolff que parecían un ejercicio poético al futbol convertido en programa de TV?

Este tema, donde las audiencias prefieren contenidos frívolos y sin argumentos sobre producciones bien sustentadas no es exclusivo del deporte. Recuerdo un capítulo de la serie “The Crown” donde el director de la BBC quería cambiar su programación, y terminó haciéndolo en contra de los deseos de la reina de Inglaterra, logrando que el rating del canal tuviera un incremento exponencial, aun en contra de la misión del prestigiado canal.

Considerando que mi vocabulario usa bastantes mexicanismos como “chingaos” y “no mames”, me parece preocupante que los programas de análisis deportivo estén llenos de burlas, descalificaciones y “palabrotas”. Esos mismos analistas que critican tanto a la LigaMx como a la Selección Nacional por darle prioridad al tema comercial sobre el deportivo, son los mismos que anteponen el rating sobre la calidad de su contenido.

baf 19:18