A propósito del Día Nacional para la Prevención de Quemaduras en Niñas, Niños y Adolescentes, que se conmemora el 27 de abril, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) llama a la población a velar por el interés superior de la infancia y sensibilizarse sobre la importancia de prevenir este problema, que es la quinta causa de atención en los servicios de urgencias pediátricas, informó el director médico.
En México, las quemaduras constituyen un problema de salud pública, debido a que pueden causar fallecimientos y, en el caso de los sobrevivientes a estas lesiones, dejar secuelas que impactan de manera permanente su calidad de vida.
Los esfuerzos del instituto, a través de la Dirección Médica, se enfocan en orientar a las familias a reducir factores de riesgo, y reforzar el cuidado de las personas más pequeñas. Además, fortalece el servicio multidisciplinario a pacientes quemados, desde la etapa aguda hasta su total rehabilitación.
La encargada del Servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza” informó que, 30 por ciento de los casos de quemaduras en México se registran en menores de edad y el segmento más afectado son infantes de preescolar, de entre uno y cuatro años. Un dato que alerta a las familias sobre la necesidad de reforzar la prevención es que 95 por ciento de los incidentes de quemaduras que afectan a niñas y niños ocurren en el hogar.
“El impacto no solamente es físico —que sería lo más fuerte para las y los pacientes—, también existe el impacto emocional y psicológico. La quemadura por sí misma es una lesión grave que puede dejar una cicatriz, una deformación, y una lesión funcional, lo cual puede generar baja autoestima”, y a veces quienes tienen secuelas de quemadura pueden sufrir rechazo social por su apariencia, puntualizó.
Las causas más frecuentes de quemaduras en preescolares, dijo, son por escaldadura, ocasionadas por contacto con líquidos calientes como agua hirviendo, aceite o bebidas; también están los accidentes por descargas eléctricas, lesiones por fuego y químicos. En el caso de los adolescentes, el principal motivo es el uso de pirotecnia.
Recomendó a las familias organizarse para cuidar los infantes en casa, así como tomar precauciones: revisar periódicamente el buen estado de instalaciones de gas y eléctricas; impedir que jueguen, manipulen o permanezcan cerca del boiler o la estufa.
También, mantenerlos alejados de la cocina cuando se trabaja con preparaciones calientes; colocar velas, cerillos y encendedores fuera de su alcance; usar protectores de enchufes eléctricos para impedir que introduzcan objetos y sufran descargas, además de no fomentar la pirotecnia como diversión en adolescentes.
En caso de que un infante sufra una quemadura, la pediatra sugiere aplicar en la zona lesionada agua limpia a temperatura ambiente, no fría, no hielos; retirar con cuidado la ropa para ver tamaño y características de la lesión; no aplicar pomadas, aceite, pasta dental, clara de huevo, o ningún remedio; cubrir suavemente la lesión con una sábana limpia y acudir de inmediato al servicio de urgencias más cercano.
El HR “Gral. Ignacio Zaragoza” cuenta con protocolos de atención a niñas y niños quemados en el que participa un equipo multidisciplinario, integrado por personas expertas en urgencias pediátricas, quienes realizan el primer abordaje en el área de choque; terapia intensiva pediátrica, cirugía plástica y profesionales de la Clínica de Heridas.
Especialistas del Centro de Información y Atención Toxicológica del Hospital General de Toluca, señalaron que para prevenir quemaduras químicas debemos evitar adquirir productos químicos desconocidos, sin etiquetas; rotular los contenedores y no dejarlos al alcance de niñas y niños, personas con discapacidad, adultos mayores e incluso mascotas, y jamás utilizar envases de refresco, bebidas o garrafones de agua para su almacenaje.
En los hospitales, dependiendo de las necesidades de cada paciente, la atención a quemaduras va desde cubrir las áreas dañadas con apósitos de material hidrocoloide, que favorecen la recuperación y evitan riesgo de procesos infecciosos, hasta el manejo quirúrgico, cirugía plástica, injertos y rehabilitación. Sin embargo, nuestro mayor esfuerzo debe enfocarse en la prevención.
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