Mis preguntas finales. Perdonen las molestias, ¡estamos construyendo una grieta… más!

Por: Guillermo Calderón.

Sin estudio de impacto ambiental (social y político) en territorio mexiquense, inició una obra de gran calado que, implicará serias molestias para la ciudadanía; se trata de una gran GRIETA que afectará todo el tejido social del Estado.

De su construcción se encargan, por instrucciones superiores -como lo marca el libro de la disciplina política- un número determinado de actores políticos, algunos representantes de diversos sectores del privilegio y del cacicazgo tradicional; además, participan con mano de obra, algunas y algunos servidores públicos en funciones (por si hicieran falta recursos, humanos desde luego); entre todos, trazaran de acuerdo a su influencia política el perímetro, el tamaño y la profundidad de la obra en proceso.

Por otra parte, la lista de insumos prevé lo necesario para que esta obra no se detenga; entre los que se señalan están: las carretadas de exabruptos, en cantidad exacta para cansar el oído público; grandes tramos de “ductos de simpleza binaria” (estás conmigo o contra mí), que conectaran ciertos intereses a ciertos intereses; maquinaria de última generación, capaz de romper cualquier superficie sólida; justo, para cimentar la grieta, se requerirán, varios bultos de mezcla de “dolidos y malagradecidos” cernidos, cuidadosamente, por los grupos de poder político; palas y picos para dividir y polarizar la estructura social; por último, aunque en la lista aparecen, de las piedras no se hizo mención alguna, esas las tienen escondidas, para el momento y ocasión oportuna.

Hablando en serio, en el Estado de México, ya está en marcha el proceso electoral 2023; con ello, comienzan a sonar los tambores de guerra, se agudiza el clima de enfrentamiento político y surgen las voces de descalificación, estigmatización y de división (nosotros contra ellos) todo ello, en un ambiente de crispación en lo local y nacional y en medio de diversas crisis; pero, por el

momento, no hay una brújula que funcione al cien por ciento, que nos permita encontrar el verdadero norte que necesitamos.

En tierras mexiquenses, se formula una ecuación que puede terminar dando un mal resultado y un ridículo espectáculo, para algunos que desean tomar el poder político estatal; ejemplos hay muchos, pero es en las redes sociales donde se pueden leer, con mucha frecuencia, mensajes al muy puro estilo de la “alitomania” que representan un verdadero puntapié para el electorado mexiquense; se puede observar como los que piden inclusión llaman dolidos, resentidos, mediocres, envidiosos y malagradecidos; a quienes no están de acuerdo con ellos; me pregunto, entonces, los que llaman a la unidad y los que piden lealtad ¿cómo nos clasificaran? Si no llegásemos a concordar con ellos; adjetivos les deben de sobrar, pero seguramente, a los mexiquenses ante esta lógica, no, nos podría ir mejor, ni mucho menos, esperar una clasificación benevolente o un poco menos insultante de su parte.

Escupir para arriba es una suerte que no cae bien, como tampoco es oportuno o útil, clasificar a las personas de acuerdo, a si empatan o no, con sus intereses personales y de grupo; eso es dividir, eso es polarizar; con una fisura como esta, se profundiza y ensancha una grieta (social o política) que puede alcanzar niveles de odio sin parangón; así, es como se descubre los verdaderos intereses de algunos personajes que, no propiamente desean gobernar al Estado, sino que solamente, les nace el deseo del poder para poder y en algunos casos para su protección.

Es urgente que alguien ponga en orden a los competidores, antes de que sufran las consecuencias de no hacerlo, porque existen casos que constituyen un auténtico tiro en el pie; sin embargo, la responsabilidad de ser más responsables, en este contexto, les corresponde a los dirigentes de los partidos políticos y a los liderazgos a quienes les responden. Bajar el nivel hasta el grado del desorden, del insulto callejero y de la bravuconería de barrio, es el principio de la derrota y por lo que se ve, la irresponsabilidad; ahora es, su principal activo.

El Estado de México merece tener un proceso electoral de altura, con el mayor grado de responsabilidad de todos lo mexiquense en general, que asegure el respeto a la dignidad del electorado y garantice la libertad de expresión; debe

de existir un serio compromiso, por parte de la clase política y partidos, para evitar la violencia de todo tipo y los enfrentamientos que polarizan y dividen a la sociedad entera; basta recordar, porque parece que no se entiende que, lo que está por decidirse es quien queremos que nos gobierne en el próximo periodo y no quien no queremos que lo haga.

En la construcción de la grieta de la que les hable en un principio, afortunadamente, no todos los aspirantes trabajan en ella porque hay quien se encuentra tendiendo puentes para poder cruzarla sin caer al precipicio, debo reconocer de que hay dignas excepciones; a pesar de que veamos a algunos despistados laborando, sin haber sido invitados, pero que su condición de dirigentes de un partido, les da para tomarse ese gusto, por el solo hecho de que ya se vieron como candidatos; la grieta continua, como lo vemos y seguirá haciéndose tan profunda y extensa, como lo den los caprichos, el desorden, la irresponsabilidad, la distracción y los vacíos de autoridad que, así lo permitan.

Por último, debo de comentar que para el banderazo inicial de la obra, solo fueron invitados las y los interesados en obtener la candidatura a gobernador; al término de la construcción, para el acto de corte del listón inaugural de la grieta, que será a mediados del próximo año, si se invitara a toda la sociedad para su uso y disfrute; desde luego se entenderá que, quienes no asistan al acto protocolario, será porque, a lo mejor para ese momento, formaran parte del cuerpo diplomático de México en el exterior; o bien, porque no se integraron a las cuadrillas de obra o porque forman parte del equipo que gano las elecciones en el Estado de México.

Ahora, Mis preguntas finales, sobre la grieta mexiquense: ¿Eres el constructor o eres el ingeniero? ¿Tu conducta, es la pala que profundiza o el pico que la hace más ancha? ¿La persona que realizo la mecánica de suelo, es un dirigente de un partido o un miembro de su oposición? ¿Conseguirán a tiempo el estudio de impacto ambiental que se requiere?

Nos leemos en la próxima de: Mis preguntas finales.

Guillermo Calderón Vega. Profesor Universitario, abogado, exfuncionario público, Experto en operación, negociación y concertación política.

smr

leave a reply