Chile inauguró su mayor planta solar, con 882 mil 720 paneles fotovoltaicos desplegados en una superficie equivalente a 370 canchas de fútbol, nuevo símbolo en la estrategia oficial de ampliación del uso de energías verdes.
La planta solar privada CEME1 está ubicada en las cercanías de la localidad María Elena, región de Antofagasta, a mil 400 kilómetros al norte de la capital Santiago; es alimentada por la radiación solar del desierto de Atacama, el más árido del mundo.
Con una capacidad instalada de 480 megavatios (MW), el proyecto genera energía suficiente para el abastecimiento eléctrico de medio millón de hogares; la compañía Generadora Metropolitana dijo que la planta solar se extiende por una superficie de 435 hectáreas.
Diego Pardow, ministro de Energía de Chile, aseveró en un comunicado de la empresa por la puesta en funcionamiento de esta planta solar con “altos estándares ambientales y moderna tecnología”:
“La inauguración del proyecto fotovoltaico CEME1 es un paso más para que nuestro sistema eléctrico deje de depender de combustibles fósiles y avancemos hacia la descarbonización de nuestra matriz energética”.
Los paneles tienen estructura fija de este-oeste, lo que le da un uso de suelo más eficiente que las plantas fotovoltaicas estándares, con una mayor capacidad instalada por hectárea.
Además, la planta solar consume 80 por ciento menos agua que otras centrales similares y contempla una línea de transmisión de aproximadamente 9.6 kilómetros que se conectará al Sistema Eléctrico Nacional Chile.
La energía que provee la nueva planta aumentará el ya extendido porcentaje de energías renovables no convencionales de la matriz chilena. Actualmente, el 27.7 por ciento de la energía eléctrica en Chile es solar, 13.6 por ciento es eólica y el 22 por ciento proviene de fuentes hídricas en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
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