Cuando Hunter Woodhall cruzó la línea logrando una medalla de oro paralímpica en la final masculina de 400 m T62, soltó un rugido y siguió corriendo para encontrarse con su esposa, Tara Davis-Woodhall.
El festejo —con ella abrazándolo desde las gradas entre lágrimas— revivió una celebración que había cautivado al mundo un mes antes, cuando ella logró su propia medalla de oro olímpica en salto en largo femenino y luego se lanzó a sus brazos mientras él estaba en las gradas, abrumado por la alegría.
“Recuerdo escuchar a la multitud gritar, y mirar hacia atrás a mi familia, a Tara, a mi equipo y solo para ver la alegría que tenían en ese momento, tuve que ir a compartirla con ellos”, le dijo Woodhall a Don Riddell de CNN sobre el momento en que ganó su primera medalla de oro paralímpica el viernes.
El hecho de ver a su esposa ganar el título olímpico un mes antes le infundió confianza en que él también podría ganar una medalla de oro en París, el objetivo por el que había trabajado durante tanto tiempo después de ganar una medalla de plata con solo 17 años en Río en 2016 y dos bronces en Tokio hace tres años.
CCC 19:45