El fenómeno meteorológico de La Niña podría desarrollarse entre junio y agosto de 2024 en el Océano Pacífico, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos (EU).
Existe un 55% de probabilidad de que La Niña se desarrolle entre el sexto y octavo mes del año. Por lo que sus efectos podrían presentarse durante el verano de 2024.
“Los pronósticos más recientes indican una transición hacia el ENSO-neutral durante primavera 2024, con La Niña potencialmente desarrollándose durante el verano 2024. Aunque los pronósticos hechos durante la primavera tienden a ser menos confiables, hay una tendencia histórica a que La Niña siga los eventos fuertes de El Niño”.
También existe un 77% de probabilidad de que el fenómeno se desarrolle en otoño y sus consecuencias lleguen de septiembre a noviembre, dijo Michelle L’Heureux, climatóloga del Centro de Predicción del Clima.
A la par, El Niño se encuentra “debilitándose“, según los datos del NOAA. A pesar de esto, dicho fenómeno generaría impacto en Norteamérica hasta abril de 2024.
El panorama para este año, en el que a El Niño le seguirá La Niña, sucede en el 60% de las ocasiones, según L’Heureux. Dicha transición traería un tiempo más seco a las regiones productoras de cereales y oleaginosas de América, según dijeron expertos.
América del Norte también vería las consecuencias de este fenómeno, el cual podría impactar de manera fuerte. Según uno de cada dos modelos, según Chris Hyde, meteorólogo de Maxar, podría traer sequías, afectando la cosecha.
“La lluvia tiene que caer antes de la siembra para que haya buena humedad en el subsuelo o regularmente durante la temporada de crecimiento. Si La Niña llega a finales de septiembre, principios de octubre, sería beneficioso”.
También podría significar un mayor impacto en la próxima temporada de huracanes, que comienza en junio y suele alcanzar su punto álgido en septiembre, impactando México. Sobre todo si los océanos se mantienen excepcionalmente cálidos, según Michelle L’Heureux.
Cabe destacar que El Niño provocó lluvias más abundantes en algunas zonas de América, lo que sería precedido por un clima seco al año siguiente en las regiones afectadas.
El ciclo conocido como El Niño y su contraparte La Niña son la causa de la mayor señal de variabilidad climática en la franja tropical del Océano Pacífico.
El Niño corresponde a la aparición de aguas relativamente más cálidas, mientras que La Niña presenta aguas más frías, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) de Colombia.
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