El pensamiento y los ideales del revolucionario ruso, Vladimir Ilich “Lenin” siguen vigentes porque “la tarea de la liberación de los trabajadores del mundo aún está pendiente y porque las condiciones materiales de miseria y pobreza siguen existiendo y exigen un cambio que evite el hundimiento de la humanidad”, y este se tiene que hacer mediante la construcción de un partido de nuevo tipo, que haga la revolución, entendida como el ascenso de los trabajadores al poder, y se encamine al socialismo como nueva forma de gobernar al mundo, dijo Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista, al ofrecer la conferencia, “La vigencia del pensamiento de Lenin a 100 años de su muerte”, ante 5 mil antorchistas congregados en el Auditorio Metropolitano de la Ciudad de Puebla.
En la conferencia, el líder de la organización social más grande de México, que reúne a 2 millones de mexicanos, hizo un repaso histórico desde la época en que nació Lenin, un 22 de abril de 1870; en ese momento el Imperio Ruso ya estaba en decadencia, la libertad de expresión, de prensa y manifestación estaban prohibidas y el poder absoluto del zar causaba descontento e inconformidad en una población cada vez más pobre.
Desde pequeño Lenin empezó a formarse como un gran estudiante y un gran humanista, rápidamente observó los problemas de su población, y al estar en contacto con los grupos estudiantiles de la Universidad de San Petersburgo y Kazán comenzó su formación política y su primer acercamiento al materialismo histórico y a las ideas de Carlos Marx; además de la simpatía que le generaban los movimientos revolucionarios contemporáneos que buscaban un cambio para la población rusa, como los “decembristas” y el grupo “Emancipación del trabajo” dirigido por Georgi Plejánov.
Ya forjado en el marxismo y con un conocimiento y estudio profundo de la realidad, Lenin dedicó su vida a la formación de una verdadera vanguardia revolucionaria, “un partido de nuevo tipo, revolucionario, que eduque y organice a las masas trabajadoras, que dirija la revolución y después se encamine al socialismo, que con el tiempo pueda eliminar la propiedad privada que es la verdadera causante de la pobreza y miseria de la humanidad.” Por esa guía y camino, el pensamiento de Lenin sigue más vigente y vivo.
En el año de 1898 diversas organizaciones revolucionarias fundaron el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que posteriormente Lenin dirigió. La represión contra la población rusa iba en aumento; el 9 de enero de 1905, una manifestación pacífica guiada por el sacerdote Gueorgui Gapón es masacrada por las autoridades. El hecho conocido como el “domingo sangriento”, sumado a la aplastante derrota del imperio durante la Guerra ruso-japonesa exacerbó la inconformidad de los rusos, a tal punto que el Zar Nicolás II accedió a fundar una Duma estatal (parlamento) para calmar la situación, pero en los hechos no cambió nada. Lenin denunció todas esas injusticias en el periódico Iskra (La Chispa), además de combatir al imperio zarista y a las
desviaciones ideológicas que surgieron entre los “revolucionarios” rusos, fundó un partido de nuevo tipo, de revolucionarios profesionales, llegó al poder y transformó un país casi feudal en una potencia mundial cuyo impacto aún se siente en el mundo actual.
Córdova Morán clasificó a Lenin no sólo como el revolucionario más importante del siglo XX, sino quizás de toda la historia de la humanidad y remarcó que “a diferencia de Napoleón o Alejandro Magno que conquistaron grandes imperios por la vía armada, Lenin lo hace con su intelecto, con su estudio. Resulta más afable para los pobres del mundo porque lo hace prácticamente sin disparar una sola bala”. Gracias a él fue que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) pudo desarrollarse y hacerle frente posteriormente al fascismo, salvando a toda la humanidad.
Al hablar de la época actual, Aquiles Córdova aseguró que las guerras imperialistas contra los pueblos indefensos y el incremento de la pobreza son flagelos que azotan a las naciones; “hay una época de mucha riqueza donde cinco multimillonarios poseen cerca del 90% de la riqueza global y el 10 por ciento se reparte entre el resto de la población. Sin embargo, la gente no se da cuenta porque el capitalismo manipula y controla la mente de las masas para mantenerlas sometidas y no se rebelen contra la realidad de miseria, marginación y desigualdad.”
Por esas razones, los revolucionarios actuales tienen que aprender de Lenin, al que las masas siguieron porque construyó un partido revolucionario al que entendieron y siguieron, tomaron el poder y construyeron una nueva sociedad. Las ideas del revolucionario ruso se han visto reflejadas en otros países del mundo como China, quien actualmente se alza casi como la primera potencia del mundo, gobernado por un partido que sigue las ideas de Marx y Lenin. Es por ello que la propaganda de las grandes naciones imperialistas ha tratado de ocultar su legado y la vigencia de su pensamiento.
Tras la magistral ponencia, los Grupos Culturales del Movimiento Antorchista también recordaron a Lenin con la poesía coral “A Lenin”, de Nicolás Guillén; las canciones: “Noches de Moscú” y “Varshavianka” y un impactante ensamble folclórico con la “Obertura 1812” de Piotr Ilich Tchaikovsky.
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