por Abelardo Pérez Estrada
@abeperez
Empresario, analista político, Expresidente CANACINTRA
Desde 2018, hemos vivido al menos una dupla de presidentes de la república, uno que, protegido desde la mañanera, se muestra feroz, audaz, y otro que cuando tiene al presidente Biden de frente, se queda con todos los argumentos que tenía para él.
Pero no solamente con el presidente Biden, también con los ambientalistas, con los empresarios, mujeres, niños.
Vemos un presidente con 2 discursos, uno de primero los pobres y en la acción es a los primeros que inunda.
A los niños, que los va a proteger y en la acción somos de los países que mas tardamos en vacunar a nuestros hijos contra el COVID, y eso sin tomar en cuenta la cantidad de afectados por la falta de medicamentos.
En la salud, en el discurso “dice” que somos de los países que mejor enfrentamos la pandemia y en la realidad fuimos de los países donde más personal sanitario murió salvando vidas.
En el mismo discurso, “dice” que nadie se quedo sin atender y en los hechos, hay mexicanos que murieron sin tener una cama para ser atendidos.
En el discurso “dice” que la línea 12 del metro abrirá en 1 año y en los hechos, le apuesta a que se nos olvide y lleva mas de 14 meses sin operar.
También lo vemos mencionando, en el discurso que la corrupción, se barre como las escaleras, de arriba hacia abajo, pero en la acción, cuando los actos de corrupción llegan a sus cercanos o a la familia, los disfraza de aportaciones.
En temas de corrupción, se canceló el NAICM, las zonas económicas especiales, el uso del avión presidencial, todo, bajo el argumento de que había corrupción, sin embargo, al momento, no hay una sola persona en la cárcel o con algún procedimiento, por estos actos.
En el caso de la violencia, vemos un presidente “diciendo” que vamos bien, pero en los números oficiales, los homicidios ya superan a los sexenios anteriores, la violencia contra las mujeres no tiene freno, los periodistas le suplican protección en la mañanera.
Un presidente que, desde el púlpito mañanero, critica a los que se han beneficiado del poder o sus relaciones con las cúpulas, pero calla cuando no puede explicar la riqueza de sus hijos.
Incluso con sus seguidores y las señaladas corcholatas, por un lado, la promesa de que serán los elegidos, pero en la acción, todos desconfían, al grado de públicamente pedir “piso parejo”.
¿Porque pedir “piso parejo” en Morena ?, cuando en el discurso, ellos, “no roban, no mienten y no traicionan”, pedir piso parejo, es tanto como aceptar que no lo hay, porque simplemente, no se puede pedir lo que si se tiene.
Sin embargo, considero que, si lo comparamos con los presidentes anteriores, esos de los que dice, “no somos iguales”, al final son tan parecidos, que por un lado hacen promesas de campaña, y en la acción, salieron iguales o hasta los superan.
Deberíamos preguntarnos, cual es el verdadero presidente, aquel que se muestra con los zapatos raspados y sucios, trajes largos y arrugados o el arrogante que vimos la semana pasada, diciéndole “Uy que miedo” a nuestros dos socios comerciales más importantes.
Insisto, ¡Es tiempo de los ciudadanos!, pero de los íntegros y congruentes.
smr