Alemania activó la segunda de las tres fases de su plan de emergencia para el suministro de gas natural y afirmó que el país enfrenta una “crisis”, al tiempo que descarta que los objetivos de almacenamiento para el invierno peligran por la disminución de los envíos desde Rusia.
El gobierno dijo que la decisión de elevar el nivel de “alarma” se debe a la reducción de los envíos rusos desde el 14 de junio y al elevado precio del gas en el mercado. La tercera y última fase es el nivel de “emergencia”.
Rusia redujo los flujos de gas hacia Alemania, Italia, Austria, República Checa y Eslovaquia, justo cuando los países de la Unión Europea se esfuerzan para reponer las reservas del combustible empleado para generar electricidad, mantener a la industria y calentar los hogares en invierno. El gigante energético ruso Gazprom culpó de los cortes en el Nord Stream 1 a una pieza enviada a Canadá para su reparación. El gasoducto, que es el más importante de Europa, discurre bajo el Mar Báltico hasta Alemania.
Esto se suma a los cortes de gas a Polonia, Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Francia y Holanda en las últimas semanas.
El gobierno alemán dijo que se está cubriendo la demanda de gas y que sus instalaciones de almacenamiento están al 58 por ciento de su capacidad más que en estas fechas el año pasado. Pero el objetivo de llegar al 90 por ciento en diciembre no será posible sin nuevas medidas, agregó.