Toda una sorpresa se llevó España luego de que surgiera un pueblo fantasma a raíz de la sequía que casi ha vaciado una presa en la frontera hispano-portuguesa. El descubrimiento del pueblo, con sus ruinas grises y misteriosas, está atrayendo a multitud de turistas.
Con el embalse al 15% de su capacidad, vuelven a salir a la luz los detalles de una vida que quedó paralizada en 1992, cuando la aldea de Aceredo, en el noroeste de Galicia, España, fue inundada para crear el embalse del Alto Lindoso.
María del Carmen Yáñez, alcaldesa del ayuntamiento de Lobios, del que forma parte Aceredo, achacó la situación a la falta de lluvias en los últimos meses, especialmente en enero, pero también a lo que, según ella, es “una explotación digamos bastante agresiva” por parte de la compañía eléctrica portuguesa EDP, que gestiona el embalse.