Un grupo de científicos ha observado el final de la vida de una supergigante roja: la rápida autodestrucción y agonía de la estrella masiva antes de colapsar en una supernova de tipo II.
Los investigadores de la Universidad del Noroeste y la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.) observaron la estrella de 10 masas del Sol durante los últimos 130 días previos a su explosión.
Ubicada en la galaxia NGC 5731 a unos 120 millones de años luz de la Tierra, la estrella codificada SN 2020tlf ha desafiado las imaginaciones previas acerca de cómo las supergigantes rojas se comportan justamente antes de su detonación.
Se creía que son relativamente quietas antes de su muerte, sin evidencias de erupciones violentas o emisiones luminosas. Las nuevas observaciones, sin embargo, detectaron radiación brillante de la estrella en su último año.
El Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái Pan-STARRS detectó por primera vez la estrella masiva en verano de 2020 gracias a enorme cantidad de luz emanada por la supergigante roja. Unos meses después, en otoño de 2020, la supernova iluminó el cielo.
Tal actividad sugiere que al menos algunas de estas estrellas deben sufrir cambios significativos en su estructura interna, que luego dan lugar a la expulsión tumultuosa de gas, momentos antes de su colapso.