por: Abelardo Pérez Estrada
@abeperez
Empresario, analista político, Expresidente CANACINTRA
En 2018 nos vendieron una expectativa muy alta, de terminar con los privilegios y acabar con la corrupción, este sería un gobierno diferente, incluso durante los últimos 3 años, no hay mañanera en la que no se haga un desmarque de los anteriores gobiernos neoliberales, corruptos y abusivos, pero “eso ya se terminó…” dice el presidente López Obrador.
Sin embargo, haciendo un recuento de lo que ha sucedido, podríamos decir que no hay diferencia con los últimos gobiernos del PRI y del PAN.
Me refiero a que, aunque el presidente Andrés Manuel, tenga la mejor intensión de hacer las cosas sin corrupción y sin beneficios personales, un solo hombre no puede gobernar, operar, ejecutar y dar mañaneras, al mismo tiempo, entonces se ha tenido que apoyar en personajes políticos y familiares que le han acompañado a lo largo de su vida y carrera política, y como diría el gran Cantinflas, ahí está el detalle.
Porque, si bien el presidente no puede controlar las acciones de las personas, ya que todo individuo debe ser responsable de sus actos, si tiene la responsabilidad que tiene el jefe del ejecutivo en dar cargos a personal que no tiene le capacidad o al menos la moral para llevarlo con responsabilidad y con la eficiencia, eficacia y probidad que merecen los puestos entregados.
¿O usted no se ha dado cuenta de la cantidad de políticos que están en esta 4T, que fueron señalados cuando participaban en los gobiernos anteriores?, pero que mágicamente, al participar en este gabinete, se han olvidado de lo que hicieron para evitar que López Obrador llegara en las contiendas anteriores y que ahora con una memoria muy corta, también señalan a los partidos y presidentes que los tomaron en cuenta y les hicieron su carrera política, de la que han vivido por años.
En todos los sexenios, siempre hay algún “sacrificado”, alguien víctima del “manotazo” ejecutivo del inquilino de palacio nacional, y este sexenio tampoco fue la excepción y la “señalada”, fue su antigua colaboradora Rosario Robles, pero también hay quienes han tenido la oportunidad de hacer sus negocios al amparo del poder y cercanía con la familia del poder, ese poder de la 4T, “ese que no es igual”.
Imagine, que hubiera sucedido con los escándalos y señalamientos que hemos visto en estos 3 años, si estos hubieran pasado en otros gobiernos, no en el de la transformación, me refiero a hermanos en videos recibiendo dinero, familiares con señalamientos de corrupción, políticos con fortunas y casas que no alcanzan a explicar con sus salarios, venganzas políticas utilizando el poder del cargo asignado muchas veces por cercanía o como pago de la militancia, declaración, o lealtad ciega, persecución a medios de comunicación y a eso súmele los problemas económicos, de seguridad, salud y sociales que no se han atendido.
Ahora súmele que el combate a la corrupción, no se ha resuelto con la velocidad y transparencia que se prometió y que vemos filtraciones y escándalos como los que vivimos y nos indignaron en los gobiernos neoliberales, así de iguales.
Y a eso súmele que como nunca se ha utilizado el famoso “Criterio de Oportunidad”, algo así como “testigo protegido”, a la mexicana, del cual aún quedan muchas dudas de su uso, desde las negociaciones opacas con Emilio Lozoya, hasta la posible liberación
del abogado Juan Collado, a cambio de entregar información de sus exclientes, entre los que sobresalen, Carlos Salinas de Gortari y Carlos Romero Deschamps.
Finalmente, el presidente esta aprovechando el “ecosistema” político que durante años se gestó con los favores, abusos y excesos, bajo el manto protector de los partidos neoliberales, beneficiando a “algunos” que hoy lucen como si no tuvieran manchas su plumaje.
¿O alguien todavía cree, que esos que tuvieron oportunidad de beneficiarse, ahora ya no lo hacen porque los acusan con su abuelita ?, ni que fuéramos tan ingenuos…. o ¿sí?
¡Es tiempo de los ciudadanos!