Aunque aún faltan algunos años para que esta conexión sea una realidad, ya se ha empezado a hablar acerca de su velocidad y su impacto en la súper mejorada realidad virtual.
Hace más de un año, y con la pandemia del covid-19 en auge, se filtró una teoría que en varias ocasiones ha sido desmentida: “la vacuna contra el coronavirus nos controlará por medio de las antenas 5G”. Aunque por sí sola esta hipótesis conspirativa no dice mucho de lo que en realidad es esta tecnología, sí logró que al menos esos dos caracteres estuviesen en mente y boca de la mayoría de la población mundial.
Actualmente, “5G” arroja cerca de 1.120 millones de resultados cuando se realiza la búsqueda en Google, lo que demuestra que este es uno de los temas más importantes para las personas en los últimos meses. Sin embargo, aunque aún hay mucho por aprender de esta nueva tecnología, tal parece que la evolución no se puede detener y es momento de ir hablando de un nuevo avance: el 6G.
Aunque cada una de las generaciones de conexión inalámbrica dura alrededor de unos diez años, desde su auge hasta que empieza a ser trasladada por una nueva, el 6G podría ser un tema que hay que tratar desde ya. Según expertos, no será sino hasta 2029 que se empiece a ver un pequeño ápice de lo que será esta tecnología, pero de que existirá, claro que existirá.
Por supuesto, tal como ocurrió con la conexión 4G, la 5G significó hace un par de años un cambio de velocidad sin precedentes en la historia de las conexiones inalámbricas. Con el paso de los meses, más y más dispositivos se fueron adaptando a esta nueva tecnología, creando un entorno veloz y capaz de conectar a más y más personas entre sí.
Como es de esperar, el 6G no será la excepción durante este proceso de evolución; sin embargo, esta conexión no será solo veloz, sino que también, literal, detectará el entorno de las personas que lo usen. Con la ayuda de radios de última generación, los dispositivos tecnológicos mantendrán nutridas de información a las redes 6G, logrando una transición inédita entre el mundo físico y el virtual.
Por ejemplo, las Project Glass de Google ya no funcionarán como una simple pantalla que refleja la búsqueda de una persona, sino que actuarán como visor principal de la realidad. Así, por ejemplo, ya no será necesario ni siquiera preguntar sobre el menú de un restaurante, pues solo con mirar hacia el sitio la realidad virtual hará su papel y mostrará la lista de platos que ofrecen en dicho lugar.
Fuente: infobae