El aumento al salario mínimo de 22% que celebra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para 2022 se verá rebasado por la severa crisis inflacionaria mundial y la aguda desigualdad en México, por lo que dejará sin beneficiar a 54 millones de mexicanos, sostuvo el secretario general del Movimiento Antorchista Nacional, Aquiles Córdova Morán. Aseveró que la elevación general y verdadera de los salarios para todos los trabajadores sigue siendo un pendiente que requiere de la lucha organizada de las masas populares encabezada por un partido de los trabajadores que gane el poder y aplique diversas medidas y no la conciliación con las élites empresariales, como propone la 4T.
Al analizar en su video mensaje el incremento del 22% al salario mínimo que comenzará a hacerse efectivo el 1º de enero del año entrante, por lo que pasará de 141.7 pesos a 172.87 pesos en todo el país con excepción de los estados del norte, el líder social dijo que no hay avance real en la capacidad adquisitiva ante el panorama de crisis mundial, por lo que a los trabajadores mexicanos solo les resta aprovechar la lección política, pues la crisis golpea con más fuerza a los más pobres de su población, “al tiempo que las grandes fortunas crecen y engordan al amparo del modelo económico y de los gobiernos que lo administran con criterios neoliberales”.
Indicó que la inflación tiene un origen global mundial; es resultado de los graves trastornos sufridos por las cadenas productivas cuyos eslabones se hallan repartidos por todo el mundo en busca de los bajos salarios; en el transporte masivo de materias primas y mercancías elaboradas desde y hacia puntos demasiado lejanos entre sí. Ubicó en el precio de los combustibles y en el grave entorpecimiento de la producción mundial y, en consecuencia, de una débil oferta de productos terminados, la raíz de la elevación de los precios en todo el mundo que, en México, “anularán el festejado 22% e, incluso, las pensiones y becas de que tanto presume este gobierno”, tal como sostienen especialistas, dijo Córdova Morán.
Lamentó que en el aumento que corresponderá a 2022, el presidente López Obrador hiciera gala de su egocentrismo e hiciera un uso proselitista de los logros del gobierno que encabeza, sembrando en el público la idea de que a él y solo a él se debe la mejora salarial, en un país donde la pérdida de la capacidad adquisitiva de 70%, con el consiguiente empobrecimiento de las familias obreras. No obstante, lo más grave, dijo Córdova Morán, “es el elogio que prodiga a la unidad de criterio de obreros y patrones y a la voluntad de acuerdo “entre las partes” para resolver sus diferencias mediante el diálogo y la conciliación, renunciando a huelgas, manifestaciones y protestas. Esto es anestesia pura para la clase obrera”.
A través de evidencia periodística, Córdova Morán dijo que el aumento obedece a una propuesta inicial de la IP, sin intervención de la actual gestión federal ni de su Secretaría del
Trabajo, por lo que la celebración por parte del mandatario como un avance de su gobierno es con fines clientelares, lo que además, es un delito según su propia reforma de la ley.
El luchador social también dijo que los beneficios se exageran al atribuir al trabajador 948 pesos adicionales que ganaría al mes, sin embargo, siguiendo los mismos cálculos presidenciales, con el nuevo salario de 172. 87 y suponiendo que el mismo precio de 21 pesos, se podrán comprar 8. 23 kilos de tortilla y no 10 como dijo AMLO. Esto significa apenas 2 kilos más de tortilla en comparación con el inicio de su gestión, por lo “no es para presumir ante nadie, y de ahí la necesidad de expresar el aumento en términos mensuales” dijo.
Afirmó que el Presidente asegura que se beneficiarán 6.3 millones de trabajadores, aunque según investigadores independientes, el total de trabajadores registrados en el IMSS es poco más de 20 millones, por lo que más de 14 millones de esos registrados no recibirán beneficio directo del nuevo incremento. El luchador social dijo que son al menos 54 millones de personas los que no recibirán un beneficio directo con la medida.
Cuestionó que el mandatario celebre los avances en los salarios de los trabajadores y en su bienestar material sean alcanzados sin huelgas, manifestaciones ni protestas, es decir, sin lucha organizada y consciente de los obreros, “por la pura racionalidad histórica de la clase patronal y el discurso evangélico-moral de su gobierno, que ha logrado domar al lobo de Gubia”, por lo que exhibe un punto de vista “falso y reaccionario como pocos, solo lo defienden y difunden los partidarios incondicionales del neoliberalismo, justamente la doctrina que AMLO a jurado combatir sin tregua hasta su último aliento”.
Explicó que esta postura no la sostienen ni siquiera economistas indudablemente partidarios del capital pero inteligentes y visionarios, como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, para quienes, la mejora sustancial del nivel de vida de los trabajadores requiere de una política claramente orientada al mejor reparto de la renta nacional con intervención del Estado movido por la presión de la lucha sistemática de los sindicatos obreros, es decir, “resulta fundamental el sindicalismo democrático y combativo, no la conciliación de obreros y patrones” aseveró.
Frente a esta realidad, México poco puede hacer para remediar la crisis, pero sí aprovechar su lección política. Llamó a que a través de la lucha organizada de las masas, se impulse un proyecto que brinde una nueva política económica que se proponga distribuir mejor la riqueza mediante una reforma fiscal progresiva, la reorientación del gasto social, la creación masiva de puestos de trabajo y una elevación general y verdadera de los salarios para todos los trabajadores, como propone Antorcha, pues solo así, comenzará a verse una paulatina pero firme y constante, el verdadero progreso y bienestar de las mayorías, finalizó.