El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha dado el campanazo con una visita sorpresa a Kiev, la primera desde que estalló la guerra de agresión rusa, para entrevistarse con el presidente Volodimir Zelenski, y pedirle que considere la posibilidad de un alto el fuego con Moscú para de esa manera iniciar conversaciones de paz. Orban no ha aclarado si hizo esa petición como presidente de turno de la Unión Europea, función que asumió el lunes, o si se trató de un viaje para abordar asuntos nacionales bajo la autoridad y la coartada de la UE.
“Las reglas de la diplomacia internacional son lentas y complicadas. Así, he pedido al presidente que considere invertir el orden y pensar sobre si un alto el fuego rápido podría acelerar las conversaciones de paz. Un alto el fuego con límite de tiempo, que dé la oportunidad de acelerar las conversaciones de paz “, dijo Orban en una breve declaración ante la prensa con Zelenski. Orban destacó que la “la paz es una cuestión muy importante” y que la guerra está teniendo un impacto muy intenso en la seguridad de Europa”. Por ello, dijo estar “muy agradecido a Zelenski por su franca respuesta sobre esta cuestión”.
Ninguno de los dos reveló cuál fue la respuesta, pero tampoco hizo falta. Nada indica que Zelenski haya cambiado de postura, menos aún que prometa pensar en un alto el fuego ante un dirigente que pasa por ser uno de los amigos del presidente Vladimir Putin en Europa.
Zelenski se centró, aunque muy someramente, en la agenda bilateral, las cuestiones básicas del comercio, la cooperación transfronteriza, las infraestructuras y la energía. “Todo lo que afecta a la vida de los ciudadanos de Ucrania y Hungría, incluida la apertura de la primera escuela ucraniana en el Estado húngaro”, dijo Zelenski, que añadió que las conversaciones actuales también podrían proporcionar una buena base para un acuerdo entre los dos países.
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