(unotv.com).- Lo que al parecer fue una escapada de Michelle Salas para encontrarse a escondidas con el mánager de Luis Miguel, resultó una bomba para el cantante quien a raíz de esa cita supo de la relación entre su hija y el hombre que trabajaba para él, a quien consideraba uno de sus grandes amigos.
En la segunda temporada de “Luis Miguel, la serie” se muestran las diferentes etapas del “Sol” como papá, una vez que se enteró que de su relación con Stephanie Salas había nacido su hija Michelle. Desde momentos en que negó su paternidad públicamente hasta sus intentos por pasar tiempo con ella, la producción tocó, en el último capítulo de esta entrega, el tema del romance que existió entre Michelle Salas y Mauricio Ambrosi, quien en realidad es Alejandro Asensi.
De acuerdo con lo que muestra la serie, que también tocó la pelea entre Luis Miguel y su abuela por la custodia del más pequeño de sus hermanos, Sergio Basteri, el intérprete de “La media vuelta” supo, a través del trabajo de un paparazzo, sobre la relación entre su hija Michelle y Asensi.
Se dice que su romance habría tenido su climax en 2007 cuando, de acuerdo con la serie, Michelle visitó Madrid a escondidas para pasar momentos felices con el mánager.
La trama ya había expuesto que existieron diferencias entre Luis Miguel y Ambrosi (Alejandro Asensi) a partir de la sospecha de que el mánager le estaba robando. Cuando el cantante comprobó que quien en realidad le había robado fue José, otro de sus trabajadores más cercanos, decidió despedirlo porque además de este aparente abuso, fue responsable de la gira en la que el “Sol” se lastimó el oído.
Cuando José se quedó sin trabajo y comprometido a través de un documento a pagarle al cantante todo lo que se robó, tomó venganza. Pudo acceder a documentos personales de Ambrosi y ahí descubrió lo que había entre él y Michelle.
En el capítulo también se abordan las intenciones de Ambrosi de contarle la verdad a Luis Miguel a lo que Michelle responde que no los va a perdonar. Mientras dudan en contar lo que pasa entre ellos, un paparazzo toma ventaja y les toma fotografías de sus paseos románticos, imágenes que llegan a las manos del padre de la joven.