Lula, entre líos internos y Trump

Este domingo está prevista la primera reunión entre Lula da Silva y Donald Trump desde que el norteamericano asumió su segundo mandato presidencial.

Se dará en Malasia, donde los dos están para participar de una reunión internacional sobre medio ambiente.

A esta altura, el tema de la reunión llama menos la atención de políticos y hasta colaboradores directos de Lula, además de analistas y observadores brasileños, que el encuentro entre los dos mandatarios.

Nadie ignora, nadie olvida, la importancia de los temas que serán debatidos. Pero nadie olvida ni ignora la importancia del encuentro entre los dos. Al fin y al cabo, hay una serie de medidas durísimas, restrictivas, impuestas por Washington en las relaciones comerciales entre los dos países.

Como se recordará, Lula, luego de un rapidísimo encuentro de paso, tuvo una primera conversa con Trump desde que él asumió su segunda presidencia por teléfono. Insistía en que sólo admitiría una conversa frente a frente, pero cedió.

Ha sido una conversa larga, de media hora, y al final cambiaron sus números directos de teléfonos móviles para otras conversas, en una actitud considerada amistosa en ambos países.

Ahora se verán y conversarán en vivo.

Y son muchos los temas prioritarios para Brasil. Además de los aranceles enormes puestos a las exportaciones brasileñas a Estados Unidos, hay medidas restrictivas impuestas a integrantes del Supremo Tribunal Federal, instancia máxima de la justicia en Brasil, la cuestión venezolana y cómo el gobierno de Lula podría ayudar a disminuir la tensión tanto interna como externamente, o sea, en las relaciones entre Washington y Caracas y, de paso, hablando también de Bogotá.

Aunque hasta ayer sábado el encuentro entre los dos no fuese confirmado oficialmente, en Brasil se daba por seguro que ocurrirá hoy. Al fin y al cabo, tanto Lula como Trump lo mencionaron.

Hablando a periodistas brasileños el pasado viernes, Lula dijo que no hay “veto a ningún tema” en la reunión que tendrá con Trump.

Pero dijo que iría a poner foco en las sanciones impuestas a Brasil y a brasileños, con énfasis en los integrantes de la corte máxima de justicia. “Estoy convencido de que podremos avanzar mucho en las negociaciones y volver a una relación civilizada como la que tenemos desde hace 201 años”, dijo.

Aún hablando de la reunión, Lula evitó especificar lo que Brasil podrá ofrecer, pero aseguró que está dispuesto a discutir y negociar lo que su colega norteamericano ponga en la mesa de conversaciones.

Además, resaltó una vez más que su preocupación prioritaria está en los aranceles impuestos a las exportaciones de Brasil como punición a las medidas adoptadas por la justicia brasileña contra el desequilibrado ultraderechista y ex mandatario Jair Bolsonaro, que se encuentra en régimen de prisión domiciliaria y hoy por hoy no tiene la más remota importancia en el escenario político brasileño.

GD

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