Con su venia señor presidente, compañeras diputadas, compañeros diputados, hoy vengo ante este pleno no sólo como una legisladora, sino como una hija de migrante, como una servidora pública que ha transitado los corredores de nuestra Cancillería, como una mexicana que ha sido testigo. . de los sueños, las esperanzas y las necesidades de nuestros connacionales más allá de nuestras fronteras.
El tema de la paridad en el servicio público es un mandato constitucional que se ha mantenido en pausa en el Servicio Exterior Mexicano, ya se han hecho exhortos, pero no hay criterios que garanticen la paridad en los exámenes de ingreso ni en los concursos de oposición. . para ascender en el Servicio Exterior Mexicano.
Por ello, vuelvo a insistir con esta iniciativa, desde mi experiencia como delegada federal de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Veracruz, fui testigo de la emoción y las esperanzas de millas de familias migrantes. Vi sus anhelos por construir un futuro mejor, pero también sus vulnerabilidades, es por ello, y por las mujeres que hoy enfrentan barreras estructurales en el servicio público que presenta esta iniciativa.
Mi iniciativa de reforma para la paridad plena en la ley del Servicio Exterior Mexicano es un acto de justicia, de reparación histórica y de compromiso con la igualdad sustantiva que nuestra Constitución nos mandata. Los números hablan por sí mismos, solamente el 31 por ciento del Servicio Exterior Mexicano está compuesto por mujeres, esta cifra no es un simple dato estadístico, es un testimonio silencioso de las barreras invisibles que aún enfrentan a las mujeres en espacios de decisión y representación. diplomático. .
En relaciones exteriores no se han roto los techos de cristal, quiero que reflexionemos sobre el significado profundo de la representación diplomática, la Reforma Constitucional en materia de paridad de género nos obliga a dar un paso más.
En este recinto hemos aprobado leyes para garantizar la igualdad en distintos ámbitos, desde el legislativo hasta los gabinetes ejecutivos. Hoy tenemos la oportunidad histórica de extender ese principio a un cuerpo de excelencia como el Servicio Exterior Mexicano y espero la solidaridad de mis compañeros y compañeras en la Comisión de Relaciones Exteriores para dictaminar lo más pronto posible esta propuesta.
Compañeras legisladoras, esta iniciativa es también un llamado a nosotras, somos el resultado de las acciones afirmativas que nos han permitido llegar hasta aquí, ahora debemos ser las defensoras de aquellas mujeres que enfrentan barreras invisibles, pero contundentes en su desarrollo profesional.
La paridad en el Servicio Exterior Mexicano no sólo abrirá puertas, sino que garantizará condiciones equitativas para ascender sin discriminación, esta reforma no solicita privilegios, exige justicia, no pedimos cuotas, demandamos oportunidades, no buscamos desplazar, sino equilibrar.
Nuestra propuesta se sustenta en un marco legal robusto desde la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, hasta la Convención Interamericana de Belén-Dopara, pasando por nuestra propia Constitución, que en su artículo 4º establece la igualdad entre mujeres. . y hombres.
Como veracruzana e hija de emigrante, he sido testigo cercano de las complejidades de la movilidad humana, he visto el dolor de las familias separadas, de la resiliencia de las madres que sostienen la esperanza de un futuro mejor, y precisamente por esas experiencias entiendo que la diplomacia no es sólo un ejercicio de poder, sino de empatía, de profunda comprensión de las realidades humanas, no vengo a romantizar el rol de las mujeres, vengo a exigir el reconocimiento de sus capacidades profesionales.
Cada mujer en el servicio exterior no es una cuota, es un talento, es una estratega, es una representante de México, a mis compañeras diputadas de todos los partidos les digo, esta lucha es nuestra, hemos sido beneficiarias de acciones afirmativas que han transformado la representación política y hoy toca extender esa transformación a otros espacios estratégicos, a mis compañeros diputados les pido solidaridad.
Nuestra Cancillería merece ser un espacio donde el mérito, la preparación y el compromiso sean los únicos criterios para el ascenso, donde cada mexicana pueda mirar al horizonte diplomático y ver un camino claro, sin obstáculos de razón de género.
Compañeras y compañeros, votemos por la paridad. ¿Acaso no merece México, en cada rincón del mundo, contar con las mujeres talentos sin importar su género?, por las mujeres de ayer, por las mujeres de hoy y por las mujeres del mañana, por un México más justo y más fuerte.
baf