La primera elección extraordinaria para renovar al Poder Judicial incluía dos asientos de la Sala Superior y las 15 magistraturas de las cinco salas regionales del Tribunal Electoral federal.
Antes del 1 de septiembre, el Pleno de la Sala Superior –integrado por siete asientos—, funcionaba con el mínimo de magistrados para sesionar (cuatro). El presidente Andrés Manuel López Obrador se abstuvo de nominar a los sustitutos de José Luis Vargas e Indalfer Infante, quienes concluyeron sus cargos el 31 de octubre del 2023.
La calificación de la elección presidencial del 2024 nunca estuvo en riesgo, no obstante, que Reyes Rodríguez Mondragón concluía su periodo el 31 de octubre de ese año. Los transitorios de la reforma constitucional para renovar el Poder Judicial determinó que los magistrados de la sala superior del TE en funciones permanecerían en su encargo hasta 2027 y que las vacantes serían ocupadas por los candidatos electos en la elección extraordinaria del pasado 1 de junio.
Hubo 15 aspirantes, para ocupar los dos asientos disponibles: la única inscrita con el aval de los comités evaluadores de los tres poderes fue Claudia Valle Aguilasocho, exmagistrada de la sala especializada, quien además resultó la candidata más votada entre las seis mujeres, con 4.2 millones de votos. Entre los nueve aspirantes, el ganador fue Gilberto de Guzmán Bátiz García, con 4.7 millones de votos.
Ambos iniciaron su periodo, de ocho años. Y los cinco magistrados que serán electos en el 2027, durarán seis años. Todos saldrían en el 2033 (…) pero la Sala Superior nuevamente quedará incompleta. Y es que Otálora Malassis, quien ayer cumplió sus nueve años como magistrada electoral, ha decidido pasar a retiro. Con cuatro décadas de experiencia profesional, desde su llegada al TEPJF (en 2016) y hasta el 22 de enero de 2019, ocupó la presidencia de ese órgano autónomo.
A diferencia de Rodríguez Mondragón, la decana de la Sala Superior no aceptó una prórroga. Y pasará a retiro, con honores mientras que la vacancia ha generado una interesante disputa al interior del “nuevo” Poder Judicial.
Y es que Roselia Bustillo Marín, quien fue electa magistrada en la Sala Regional Xalapa del TEPJF reclamaría el lugar que dejará Otálora Malasiss. ¿Su argumento? Haber triunfado con 14.3% de los votos en su demarcación.
La segunda más votada entre las aspirantes a la Sala Superior fue María del Rocío Balderas Fernández, exdirectora jurídica de la Secretaría de Gobernación cuando Adán Augusto López Hernández despachó en el Palacio de Covián, quien registró 7.3% de los votos.
¿Ha lugar, la interpretación de quién fue la más votada? El artículo 99 constitucional define las facultades de los magistrados electorales y respecto de las renuncias, ausencias y licencias de los integrantes de la Sala Superior serán tramitadas, cubiertas y otorgadas por dicha Sala, según corresponda, en los términos del artículo 98.
Otalora remitió una comunicación al Senado de la República –y no a la presidenta magistrada—para informar su decisión de retirarse, en cumplimiento al nombramiento de nueve años que le concedió la Cámara Alta.
El mecanismo constitucional previsto por el artículo 98 establece: si faltara un magistrado, por defunción o por cualquier causa de separación definitiva, el Ejecutivo federal someterá un nuevo nombramiento a la aprobación del Senado.
JZ