Cuauhtémoc Ramón López Silva
Ley de Movilidad en el Estado de Michoacán, inoperante su aplicación por las autoridades y negocio plagado de corrupción.
Recordemos que, para promulgar la Ley de Movilidad en Estado de Michoacán, el ejecutivo y legislativo se dieron baños de pueblo, simulando escuchar a la sociedad, pero lo único que hicieron fue burlarse de la inteligencia de un pueblo bueno y sabio.
Tenemos que, la Ley de Movilidad justifica su premisa mayor, en un derecho de bienestar social (la movilidad de la sociedad y el medio ambiente), partiendo de tal circunstancia no hay manera de controvertir o modificar la ley, ¡porque todo se hace en beneficio del pueblo!
Pero el gobierno fue audaz y aprovecho que tenía un congreso a modo con nula oposición, realizó modificación a la norma con la simple intención de realizar negocios redituables, para la clase política.
Hoy vemos que el gobierno realiza acciones para ajustar sus vialidades a la “nueva ley”, implementando proyectos de obras que lejos de beneficiar la movilidad de los ciudadanos, al contemplar medios de traslados menos agresivos para el ambiente y privilegiar el desplazamiento a pie e incluir la movilidad de las personas con capacidades diferentes.
Vemos que para atender estas necesidades lejos de ampliar las calles, nos encontramos con reducción de carriles, con el olvido de calles en pésimas condiciones ¿que acaso el transporte motorizado no tiene derecho a circular por calles en buenas condiciones y a que su circular sea fluido? esto no le importa al gobierno, pues no es negocio.
Bajo esa lógica, vemos al Gobierno del Estado que comenzó a construir el teleférico en Morelia y Uruapan, pero ¿cree usted que este novedoso medio de transporte vendrá a beneficiar la movilidad de la sociedad y que dicho transporte será en beneficio de la derrama económica que deja el turismo en Michoacán? lo dudo mucho.
De nada sirve a la movilidad estos proyectos, vemos obras que solo generan conflicto vial y que solo forman un parche momentáneo y trasladan el conflicto a otra zona, ejemplo; el distribuidor de tres puentes, de la ciudad de Morelia, que logra evitar el TREN, pero los múltiples semáforos qué detienen el tráfico y las vueltas prohibidas que generan los conductores de vehículos en la zona, no ayuda en nada a la movilidad; teniendo además una ausencia total de quien debería dirigir el tránsito. Juzgue usted, los tres distribuidores de Morelia, favorecieron los cruces, pero entorpecieron otras zonas.
No hablemos del olvido total al transporte público, al no tener la capacidad el Estado de otorgar este servicio, lo concesiona, y la sociedad culpa a los particulares de tener unidades en mal servicio, sin saber que el gobierno no apoya a este rubro, pero este tema tampoco le interesa al gobierno, ya que vemos que lejos de aplicar normas en beneficio del transporte otorga mayores beneficios a las plataformas particulares, mismas que mantienen unidades con placas de otros estados y sin exigirles las mismas condiciones operativas que a uno que si es concesionario.
Ahora viene, el gobierno impulsa el proyecto del Metrobús de Villas del Pedregal a Ciudad Salud, dice que es la mejor forma de movilidad, pero este, solo pretende otorgar beneficio a un solo grupo de transportistas sin que ello signifique que son la mayoría. Recordemos que la obligación del Gobierno es generar mejoras y otorgar las facilidades a los concesionarios para su buen funcionamiento, pero los tiene olvidados.
En concreto, necesitamos a funcionarios de gobierno que entiendan que la función pública no es para hacer negocios, es para dar orden y prosperidad a la sociedad.
baf