Si pronosticar erupciones volcánicas con varias horas de anticipación es “bastante único”, ahora predecir la explosión de un volcán submarino es algo que parecía imposible; un grupo de científicos lo ha conseguido.
De acuerdo a la revista Science News, el geofísico William Chadwick informó que, a 470 kilómetros de la costa de Oregón, y a más de un kilómetro bajo las olas, un volcán conocido como Monte submarino Axial, cumple con todos los requisitos que apuntan a una actividad inminente.
En la última década, el equipo de expertos ha monitoreado cada acción de Axial estruendos, temblores, hinchazón, inclinación en tiempo real, arrojando que “es el volcán submarino mejor instrumentado del planeta”, dice Mark Zumberge, geofísico del Instituto Scripps de Oceanografía en La Jolla, California.
En noviembre, una señal en particular llamó la atención del geofísico al darse cuenta que el volcán submarino se había inflado a casi la misma altura que antes de su última erupción en 2015, fortuitamente, solo meses después de que comenzara el monitoreo. El globo es una señal de que el magma se ha acumulado bajo tierra y está aumentando la presión.
Lo anterior, permitió a Chadwick y a su equipo predecir la erupción en 2025, “nuestro mejor éxito de predicción”, dice. La reciente hinchazón, junto con el aumento de la actividad sísmica que indica magma en movimiento, ha llevado a los investigadores a centrarse en el siguiente.
Es por eso que, se tiene una nueva herramienta para estimar el día de la explosión de magma que descenderá de las costas. La detección de señales de alerta temprana ofrece la “emocionante oportunidad de desplegar vehículos operados a distancia para detectar la erupción que está ocurriendo”, dice Carey, de la Universidad de Tasmania en Sandy Bay, Australia.
Además de los conocimientos de vulcanología, dice, captar la erupción en el acto ofrecería una visión de sus efectos en los sistemas hidrotermales y las comunidades biológicas cercanas.
Los expertos detallan que la predicción es posible gracias a los amplios datos de seguimiento y al conocimiento de cómo se comporta un volcán específico. Más bien, las predicciones se basan en la expectativa de que cuando la actividad de un volcán alcanza algún umbral que alcanzó antes, puede entrar en erupción.
Debido a que la mayoría de los esfuerzos actuales se basan en el reconocimiento de patrones, “siempre existe el riesgo de que un volcán siga un patrón que no hemos visto antes y haga algo inesperado”, dijo Valerio Acocella, vulcanólogo de la Universidad Roma Tre en Roma.
Los científicos esperan que las predicciones evolucionen para basarse en la física y la química de los sistemas de magma que subyacen a un volcán.
Pero lo que suceda en 2025 no cambiará el mundo de la predicción de erupciones. Aunque, dice Acocella, “lo entenderemos mejor, y eso nos ayudará a entender también a otros volcanes”.
baf