Israel confirma que “eliminó” al posible sucesor de Nasralá como jefe de Hezbolá.
Se trataría de Hashim Safi al-Din, presunto líder de Hazbolá tras la muerte de su antecesor en medio del conflicto que Israel mantiene en Medio Oriente contra ese grupo así como contra Hamás y gobierno como el de Irán.
Hashim Safi al-Din es una de las figuras clave dentro de Hezbolá, desempeñando un papel crucial como jefe del Consejo Ejecutivo de la organización. Este consejo es responsable de gestionar las relaciones exteriores, los medios de comunicación y los servicios sociales, lo que lo convierte en un pilar fundamental en el mantenimiento del apoyo de la comunidad chií en el Líbano.
Safi al-Din también está considerado como el posible sucesor de Hassan Nasrallah, actual líder de Hezbolá, consolidando su posición como una figura de alto rango en la estructura del grupo.
Nacido en 1964, Safi al-Din es primo de Nasrallah y, a lo largo de los años, ha trabajado estrechamente con Irán, el principal aliado de Hezbolá. Su retórica es conocida por defender la resistencia armada contra Israel y su apoyo a las políticas regionales de Irán, incluyendo el respaldo al régimen sirio y el papel de las milicias chiíes en Irak, Siria y Yemen.
Además, ha desempeñado un papel destacado en la legitimación de las acciones militares de Hezbolá, justificando su arsenal y las operaciones militares como esenciales para la seguridad y estabilidad del Líbano.
Safi al-Din ha sido sancionado por varios países, incluidos los Estados Unidos, por su participación en las actividades de Hezbolá y su supuesta implicación en actos de terrorismo a nivel internacional.
Bajo su liderazgo en el Consejo Ejecutivo, Hezbolá ha consolidado su influencia no solo a través de su brazo militar, sino también mediante programas sociales que proporcionan servicios esenciales en áreas de salud, educación y bienestar, reforzando su base de apoyo popular.
A pesar de su perfil más reservado en comparación con Nasrallah, Safi al-Din ha emergido como un líder capaz de continuar con la visión estratégica de Hezbolá, y su posible ascenso podría garantizar la continuidad de las políticas del grupo a largo plazo.