Bobi, un mastín del Alentejo que según la organización Guinness era del perro vivo más longevo del mundo, falleció en su casa en Portugal a los 31 años y 165 días de edad.
Guinness confirmó este lunes la muerte de Bobi, nacido el 11 de mayo de 1992 en la localidad lusa de Conqueiros (municipio de Leiria, centro del país), en una publicación en su web
”Este dulce chico ganó sus alas”, escribió Becker en su perfil en Facebook, donde aseguró que, “aunque ha sobrepasado a todos los perros en la historia, sus 11.478 días en la tierra nunca serán suficientes para aquellos que le quisieron”.
Leonel Costa es uno de sus dueños. Adoptó a Bobi cuando tenía ocho años. Ahora tiene 38. Si bien no fue bien recibido por su padre, para evitar que se enojara, junto a sus tres hermanos lo mantuvieron en secreto cuando era sólo un cachorro. Leonel, además de atribuirle su longevidad a la comida y al cuidado que le dieron en familia, asegura que también fue por el ambiente tranquilo en el que creció su mascota.
Bobi nunca ha estado encadenado o con correa. En cambio, ha tenido libertad para vagar por los bosques y las tierras de cultivo que rodean la casa de la familia Costa. Además, la madre del perro fue longeva: Gira vivió hasta los 18 años.
Otra entidad que se despidió de Bobi fue Le Terrier Studio, un centro de fotografía portugués del que el mastín fue modelo.
”¡Descansa en paz amigo! Gracias por haber tenido el privilegio de conocerte, el perro más viejo del mundo. Qué vida increíble que tuviste”, escribieron en Instagram.
Bobi fue reconocido el pasado 2 de febrero con el récord Guinness al perro más longevo del mundo hasta la fecha, un título que le dio fama mundial y que motivó a cientos de personas a visitarle en los últimos meses.
Su raza, habitualmente empleada para proteger al ganado de depredadores y conocida en Portugal como “rafeiro do Alentejo”, tiene una esperanza de vida de unos 13 años, según la organización.
Pudieron confirmar su edad al estar registrado desde 1992 en el servicio veterinario del municipio de Leiria y en el sistema nacional de control portugués SIAC.
Antes que Bobi, el récord del perro más viejo con vida lo tenía Spike, un chihuahua de 23 años, mientras que el récord del más longevo hasta la fecha lo ostentaba Bluey (1910-1939), un pastor australiano que vivió hasta los 29 años y 5 meses.
baf 16:05