Ante la severa escasez de agua que enfrenta nuestro país y que se ha hecho principalmente grave en el norte del territorio nacional, Aquiles Córdova Morán, secretario general del Movimiento Antorchista, advirtió que las medidas aplicadas por el Gobierno Federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), son insuficientes y sólo exponen a un gobierno que trata de salir bien librado de la crisis pero sin atacar de fondo el problema el cual, de no resolverse, se repetirá y crecerá con el tiempo. La verdadera solución, dijo, está en que el pueblo organizado exija un plan hídrico nacional integral.
El líder social dijo que las consecuencias de esta crisis están llegando a su punto más alto en décadas, teniendo sus efectos más dramáticos en los más pobres, que no tienen siquiera el agua indispensable para beber. Esta situación se ve remarcada en el municipio de Monterrey en el estado de Nuevo León, una de las zonas más grandes, prósperas y desarrolladas del país, que cuenta un gran emporio industrial, el cual se ve aún más afectado debido a su posición geográfica -en zona desértica-. Los habitantes de este territorio se tienen que enfrentar actualmente a unas temperaturas superiores a los 40 grados Celsius, con tan solo seis horas de suministro diario, por lo que no pueden lavar su ropa, usar el baño, guisar o lavar los trastos.
Esto también ha provocado problemas sociales por el control del poco líquido existente; diariamente miles de personas de colonias populares hace fila en espera de la llegada de pipas que le surtan; sin embargo, la gran mayoría no lo consigue, por lo que se generan disputas y hasta la proliferación del mercado negro que el mismo gobierno bombea y que algunos vivales se las ingenian para acapararla y luego venderla a 20 pesos la cubeta; se ha desatado una feroz especulación de los comerciantes, que han doblado el precio de cubetas, garrafas, bidones y tinacos, lo que daña más a las familias más pobres, que no pueden pagar ni el agua misma que necesitan. Situación en la que ninguna autoridad ha intervenido, dando pie a las protestas públicas y descontento político.
La única respuesta realizada por el Gobierno Federal fue dada por el presidente, el cual hizo un llamado para que las empresas cerveceras y refresqueras reduzcan o detengan su producción y destinen toda el agua disponible para el consumo doméstico del estado, situación que también fue respaldada por datos organismos internacionales; sin embargo, a decir del líder antorchista, estas presentan varias dificultades que se omiten en su discurso, ya que si las empresas aludidas disponen de agua en exceso, debe recortárseles la concesión definitivamente y no como una emergencia temporal; recortar su consumo de agua es recortar su producción, lo que implica necesariamente la elevación de sus costos y, por tanto, o bien recortan el número de obreros incrementando así el desempleo, aumentando los precios de los productos terminados, contribuyendo al incremento de la inflación ya de por sí fuera de control. “El presidente les promete ayuda, pero no precisa de dónde saldrá
el dinero, a cuánto ascenderá esa ayuda y por cuánto tiempo, entre otras razones, porque nadie sabe cuánto durará la emergencia”, dijo.
Aquiles Córdova dijo que estas medidas, en coordinación con la industria privada, deben darse, pero no a costa de disminuir o detener totalmente su producción, sino a través de una tasa impositiva mayor, proporcional a su riqueza, para reforzar las finanzas públicas y poner al gobierno en condiciones de anticiparse a los problemas con proyectos integrales, diseñados por especialistas competentes, que pongan un remedio de fondo a cuestiones tan delicadas como la que se presenta actualmente, es decir, una reforma fiscal progresiva que grave más a las ganancias del capital y menos al salario de los trabajadores. Medida que el gobierno de AMLO no está dispuesto a implementar.
Sin embargo, reconoció que el problema de la sequía es añejo y que la falta de un programa integral para racionalizar el manejo del agua en todo el país no es responsabilidad única de López Obrador, ya que la crisis se venía gestando desde hace medio siglo o más, y las voces de quienes advertían del peligro sumaban legiones, pero ningún gobierno de ningún color o signo ideológico les hizo caso, incluido el actual. No obstante, el consenso entre los especialistas es que la causa principal es el cambio climático y la consecuente elevación de la temperatura del planeta, que provoca desastres naturales donde antes no los había, problema que no puede ser resuelto por un solo país, y menos uno con mucha pobreza y bajo desarrollo económico como México, pero sí pueden combatirse algunos efectos negativos, con medidas adecuadas que dependen de los gobiernos de cada país. Y son estas, precisamente, las medidas que faltan en nuestro territorio.
Destacó que estos problemas de los cuales sí son responsabilidad del gobierno en turno son la nula planeación del manejo, la distribución y el uso del agua, destrucción de ecosistemas completos para construir hoteles, centros turísticos y nuevos centros urbanos, deforestación brutal y la tala legal e ilegal de bosques, desperdicio de agua por malas prácticas de riego, conducción por canales de tierra que pierden el 50 por ciento de su caudal por infiltración, tuberías rotas o desarticuladas, entre otras que vienen ocurriendo desde hace más de un siglo y que ahora son toleradas por el gobierno de la 4T, cuyas medidas de contención hablan más de un gobierno que solo trata de salir bien librado de la crisis, pero sin atacar de fondo el problema, por lo que finalizó diciendo que la única solución está en que el pueblo organizado debe exigir un plan hídrico nacional integral, que se ponga a salvo de nuevas crisis de una vez por todas, situación que es responsabilidad de todos los mexicanos y que hay que cumplirla sin falta.