El embalse más grande de Estados Unidos tiene menos agua que nunca desde que fue llenado hace 80 años debido a una fuerte sequía, agravada por el cambio climático y el consumo de agua de 40 millones de personas en siete estados, que está secando el río Colorado.
La temporada de incendios forestales se alarga y las llamas son más intensas. Las temperaturas baten récords y los lagos se resecan.
El nivel del agua del Área Nacional de Recreación del Lago Mead bajó tanto que asoman los restos de dos personas junto a los de cantidades de peces en lo que ha pasado a ser un cementerio de embarcaciones.
Botes, veleros y lanchas posan sobre el fondo del lago, generando una imagen surreal en medio del desierto. Una boya que alguna vez marcó una zona a la que no tenían acceso las embarcaciones está posada sobre la tierra. No se ve una gota de agua a su alrededor. Hasta una embarcación de la Segunda Guerra Mundial que se había hundido ha quedado al descubierto.