El Barcelona jugará las semifinales de la Champions League femenina después de hacer bueno el pronóstico y eliminar al Real Madrid en un Camp Nou desbordado de pasión y de público, volcado con un equipo que cuenta sus partidos esta temporada por victorias y que, ya campeón de Liga, aspira a repetir el título continental que conquistó el pasado curso.
Se superó el récord mundial de 90 mil 185 espectadores que asistieron a la final del Mundial femenino de 1999 entre Estados Unidos y China en el Rose Bowl, alcanzando el Camp Nou una entrada de 91 mil 553 hinchas en un partido que, más allá del resultado, quedará para la historia de la competición y del fútbol femenino en España, superando de largo las 60 mil 739 personas que en 2019 asistieron al Wanda Metropolitano para un partido entre el Atlético de Madrid y el propio Barça, ya convertido por méritos propios en la referencia mundial de este deporte.
El club azulgrana hizo en su día una apuesta decidida por el fútbol femenino y la llegada de la directiva de Joan Laporta no ha hecho más que mantenerla, dotando de todo el apoyo a la sección, dándole la máxima visibilidad y, llegado el momento, arriesgando por llevar un partido al Camp Nou, con todo lo que ello suponía. Cierto es que el cartel del Real Madrid ayudó, pero igualmente verdad es que proclamar el reto de llenar el estadio barcelonista se adivinaba poco menos que imposible… Más aún con el riesgo de lluvia que amenazó toda la jornada en Barcelona.
Pero la respuesta de la afición fue soberbia y demostró que este Barça no es impostado, no es una moda pasajera y que como proclamó en la previa Alexia Putellas era una jornada para empezar una nueva era. ç
El Barça jugará las semifinales frente al ganador del cruce Arsenal-Wolfsburgo pero hoy por hoy, sin discusión, es el equipo favorito para conquistar una Champions que todavía le viene muy grande al Real Madrid, equipo en formación, que destiló orgullo y entrega, que nunca se rindió, llegó a verse por encima en el marcador pero acabó sucumbiendo a la lógica.