Sadie Kemp es una mujer de 34 años que vive en Peterborough, Inglaterra: padeció una sepsis que obligó a doctores a amputarle sus 10 dedos y coser sus manos dentro de su estómago para evitar la muerte del tejido restante: “me quedaron ‘manos de tiburón’”.
Todo empezó con un dolor de espalda, que empeoró y la terminó derrumbando; sufrió un shock séptico debido a un cálculo renal, provocando que el tejido de brazos y piernas se muriera por falta de sangre (necrosis); fue el inicio de una sepsis que terminó en, lo que llamó ella, “manos de tiburón”.
El dolor llegó a tanto que, el 20 de diciembre de 2021, Sadie Kemp cayó en coma, despertando dos semanas después con soporte vital; durante ese tiempo, médicos le suministraron medicamentos para que sus órganos no murieran, pero las extremidades más alejadas fueron las afectadas.
Médicos cosieron sus manos dentro del estómago para que una sustancia de ese órgano evitara que la grave infección se extendiera por el cuerpo; tras la sepsis, la mujer “manos de tiburón” se divorció y perdió su empleo por haber sido catalogada como discapacitada.