Venezuela lleva años en un proceso hiperinflacionario que parece no tener fin, agudizado por el bloqueo económico impuesto por EE.UU. y las sanciones de la Unión Europea (UE), en un contexto que pone al límite la calidad de vida de los ciudadanos, deteriora su poder adquisitivo y aumenta la desigualdad.
Sin embargo, los bruscos incrementos en la cotización que se registraban cada cierto tiempo en el mercado paralelo de divisas con respecto al bolívar (la moneda local) ya no son tan frecuentes.