José Luis Vargas secuestra al Tribunal

José Luis Vargas Valdez, presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), se esmera cotidianamente por convertirse en la peor versión de sí mismo.

El martes pasado ordenó enviar una carta dirigida a sus pares, donde se informa que la Sala más alta de ese tribunal permanecerá secuestrada mientras las y los magistrados no acepten informarle, previo a las sesiones públicas, cómo votarán.

El gatillero del hampón fue Carlos Vargas Baca, secretario de acuerdos de la Sala Superior.

La nota de rescate relativa a este secuestro dice a la letra: “la sesión pública será suspendida, momentáneamente, y cuantas veces sea necesario … (mientras el presidente no reciba) el sentido de los votos en cada uno de los asuntos listados para ser discutidos y resueltos”.

¿Así o más arbitrario? O bien sus pares confiesan su voto antes de participar en las sesiones de deliberación, o el tribunal no sesionará más. El mafioso de Vargas decretó el cierre de las actividades de la Sala Superior del TEPJF en pleno proceso comicial.

La amenaza es muy grave, porque faltan unas cuantas semanas para que se celebre una elección cuya desembocadura posterior se antoja, desde ya, particularmente complicada.

Sus pares respondieron a Vargas que estaba extralimitando sus facultades, ya que obviamente su extorsión “no cuenta con sustento legal (y) anula … la posibilidad de debate”.

Faltó añadir, sin ambigüedades, que se trata de un golpe de Estado emprendido contra el máximo órgano constitucional en materia de elecciones. Este acto podría incluso tipificarse como delito contra la seguridad de la nación.

El artículo 132 del Código Penal Federal prevé una pena de dos a 20 años de prisión para quien impida la integración de las instituciones constitucionales de la Federación o su libre ejercicio.

Zoom: Urge que el pleno destituya a Vargas de la presidencia. Cada minuto que este sujeto permanece en el cargo es un paso más en dirección del abismo antidemocrático. No puede ser este mafioso quien conduzca al TEPJF en un ambiente político tan delicado.

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