INMINENTE DESAFÍO AMBIENTAL FEDERAL: ¿BALLENAS O GAS?

Juan Carlos Vega Solórzano

Un proyecto de inversión a gran escala amenaza la vocación ambientalista anunciada tanto por la presidente Claudia Sheinbaum como por la secretaria de medio ambiente Alicia Bárcena quienes reiteradamente han manifestado el interés nacional prioritario en la defensa, conservación y restauración de los recursos naturales en México, privilegiando el bien superior por encima del interés particular.

La presidente Sheinbaum lo prometió en campaña, lo recalcó en sus 100 compromisos, lo volvió a manifestar en su toma de posesión en la máxima tribuna del país. Asimismo, la secretaria Alicia Bárcena lo destacó en su discurso del día 3 de octubre pasado ante personal de la Secretaría a su cargo en la sede ubicada en Av. Ejército Nacional, donde dictó los principales ejes rectores de la política ecológica y ambiental humanista que habrán de regir el actual del sector que encabeza. Ahí mismo manifestó dar continuidad al humanismo mexicano, con los principios de la llamada cuarta transformación, que establecen que el desarrollo y el bienestar del pueblo mexicano pueden fortalecerse únicamente a través del cuidado del medio ambiente y de los recursos naturales.

Bueno, pues de inmediato se pone a prueba el discurso con un proyecto de gran calado que cierne su sombra amenazante sobre el Golfo de California: El Proyecto Saguaro.

Proyecto Saguaro

El Proyecto Saguaro es un ambicioso plan que pretende conectar desde el estado de Texas en Estados Unidos, un gasoducto de 800 kilómetros que pase por Chihuahua y Sonora en México, terminando en Puerto Libertad en el mismo estado mexicano, en donde se pretende construir un enorme complejo industrial que incluye una planta de licuefacción y un puerto para abastecer a buques de gas con destino al continente asiático. Se trata de un desarrollo industrial denominado Saguaro Energía en 351 hectáreas a cargo de la compañía norteamericana Mexico Pacific Ltd., que procesará el gas proveniente de Estados Unidos con un total de 30 millones de toneladas de gas licuado anuales. Para transportar esas 30 toneladas se requerirán, de acuerdo a cifras de la propia empresa, un tráfico aproximado de 444 buques especializados de 150 mil metros cúbicos anuales sobre el Golfo de California.

Este proyecto no es de reciente introducción, sin embargo, las constantes apariciones de la CEO de Mexico Pacific Ltd. en eventos de la reciente administración indican que preocupantemente se le ha dado luz verde a este proyecto, sin conocer los impactos ambientales ni los términos y condicionantes que obligarían a la transnacional a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente a cumplir con medidas de restauración y compensación acordes al tamaño del Proyecto.

Pero más allá de una eventual aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental por parte de la Secretaria Alicia Bárcena, queda en entredicho y a la luz no solo de Organizaciones no Gubernamentales, grupos de ambientalistas y público interesado en el cuidado y la protección al medio ambiente lo dicho tanto por la presidente Sheinbaum como por la Secretaria Bárcena, de enaltecer el bien superior de los mexicanos, a través del articulo 4º de nuestra Carta Magna, en relación a un medio ambiente sano, junto con el resto de catálogos de buenas intenciones que a toda luz se pretende menoscabar con la aprobación del Proyecto Saguaro.

Cientos de ambientalistas ya han sometido cartas de protesta a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales argumentando que la densidad de buques navegando por el Golfo de California representarían una total y destructiva amenaza para la vida marina en el sitio que el biólogo marino más importante de la historia y del mundo, Jaques Cousteau denominó “El Acuario del Mundo”, comenzando por las ballenas que anualmente emergen en el Mar de Cortés, ni que decir de la casiextinta Vaquita Marina, que definitivamente sería el último reducto de esperanza para su supervivencia. Pero el impacto va más allá del ambiental: Descontento social, económico y turístico, que de aprobarse, generaría un enorme foco de falta de gobernabilidad en la región.

Por el bien de nuestro México, el Proyecto Saguaro debe impedirse a toda costa.

Mexico Pacific Ltd. deberá encontrar otra ruta para hacer llegar al enorme mercado asiático el gas texano, porque ciertamente por California no puede salir, en virtud de que las leyes ambientales en Estados Unidos no son laxas, no son flexibles, no se venden al mejor postor y allá el estado de derecho se cumple.

Estamos ante una gran primera oportunidad de que las autoridades ambientales federales demuestren con hechos que los principios de conservación y sustentabilidad ambientales no son solo palabras, sino que científicamente respaldan el cuidado y protección de uno de nuestros acervos ambientales más trascendentes, que repercuten en turismo, estabilidad social, protección a la vida marina y a las ciudadanas y ciudadanos que con argumentos viables se manifiestan en pro del cuidado de nuestro “Acuario del Mundo”, de nuestro santuario de ballenas, de especies marinas endémicas e incluso de emisión de gases contaminantes a la atmósfera.

Efectivamente las Organizaciones no Gubernamentales y activistas ambientales en México tienen razón: Ante el Proyecto Saguaro: ¿Ballenas o gas?.

baf

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