El polvo de diamante podría ser el material que estábamos buscando para enfriar el planeta, aunque tiene un gran problema

El calentamiento global es un hecho innegable, aunque es posible encontrarse debates acerca de si estamos ante un proceso natural en la evolución terrestre o si nos enfrentamos a un cambio drástico con el ser humano como principal culpable. Existen diferentes medidas para combatirlo, aunque la que nos ocupa aún no la habíamos leído anteriormente. Es realmente curiosa, pero tiene en su contra un gran problema, que entenderás a continuación.

Muchos expertos opinan que el cambio climático es culpa, en gran parte, por el propio ser humano. Sea de la manera que sea, la transformación del clima y su repercusión en los ecosistemas de la Tierra es una de las grandes preocupaciones globales en estos momentos para muchos científicos. Hemos utilizado la IA para explorar medidas de reducción del calentamiento global y sabemos que existen métodos ciertamente controvertidos.

Dentro de estos últimos nos encontramos con la denominada geoingeniería, que consiste en mitigar el cambio climático utilizando tecnologías e instrumentos que nos permitan alterar fenómenos atmosféricos y naturales a nuestro antojo. En este caso, gracias al articulo publicado en la revista científica Geophysical Research Letters, sabemos que estamos hablando de la inyección de aerosoles en la estratosfera, pero con un ingrediente muy particular.

Esta medida, ya te decimos que bastante polémica, propone introducir, en grandes cantidades, partículas en una de las capas de la atmósfera. Las partículas serían las responsables de crear un efecto de enfriamiento, al desviar la luz del Sol de su incidencia en el planeta. El azufre es el elemento químico que suele ser investigado como posible ingrediente a inyectar en esa segunda capa de nuestra atmósfera, aunque es controvertido por tener también ciertos efectos secundarios, como un posible calentamiento de esta capa.

Entonces, ¿existe algún otro elemento que pueda sustituir al azufre? Sí. En esta investigación, se deja claro que uno de ellos destaca por encima de otras alternativas. El estudio ha sido desarrollado a partir de una simulación informática, en la que se buscaba entender el comportamiento de distintos materiales en la atmósfera. Para ello, se ha simulado la inyección de elementos como el aluminio, la calcita, el carburo de silicio, la anatasa, el rutilo, el dióxido de azufre o el diamante.

Han sido multitud de factores los que se han tenido en cuenta para valorar cada material. Se ha analizado cuáles eran los mejores absorbiendo el calor, o reflejando el calor, cuáles permanecían más tiempo en la atmósfera o si tenían tendencia a permanecer unidos. Es importante, para enfriar el planeta a través de este método de geoingeniería, que el material permanezca cuanto más tiempo posible en la estratosfera y que no se amontone, ya que esto provocaría un efecto de calentamiento no deseado.

Si te preguntas cuáles han sido los resultados, parece que el material que peor rendimiento ha ofrecido en la simulación, que duraba 45 años, ha sido el dióxido de azufre, mientras que el diamante parece ser el ingrediente más eficiente para abordar una futura misión de enfriamiento desde las alturas. Sin embargo, tal y como podrás imaginar, existe un gran impedimento para la liberación de polvo de diamante en la atmósfera.

El coste es la gran barrera para este material. De la misma manera que no fabricamos ventanas de diamante o mesas de comedor de diamante, quizás alguien pudiente si las tiene en su casa, utilizar este elemento para combatir el cambio climático sería extremadamente costoso. La estimación del estudio expone que haría falta gastarse alrededor de 200.000 millones de euros hasta finales de este siglo para repartir los 5 millones de toneladas necesarias para hacer descender la temperatura en 1,6 °C.

baf

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