Día Mundial de la Neumonía; qué es y por qué se conmemora

Cada año, millones de personas enfrentan una amenaza que a menudo pasa desapercibida: la neumonía. Esta infección respiratoria continúa siendo una de las principales causas de muerte infantil y una preocupación creciente entre los adultos mayores.

El 12 de noviembre, durante el Día Mundial contra la Neumonía, la comunidad internacional de salud busca poner en el centro de la conversación una enfermedad prevenible, pero aún letal, que revela las desigualdades en el acceso a la salud y la importancia de la vacunación oportuna.

¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta los pulmones, estos órganos están formados por diminutos sacos llamados alvéolos, los cuales, en condiciones normales, se llenan de aire al respirar.

Cuando una persona desarrolla neumonía, los alvéolos se llenan de pus y líquido, lo que provoca dificultad para respirar, dolor en el tórax y una menor absorción de oxígeno en el organismo.

Esta enfermedad representa la principal causa de muerte infantil prevenible a nivel mundial. Según datos recientes, cada año fallecen más de 1,4 millones de niños menores de cinco años por complicaciones derivadas de la neumonía.

Por ejemplo, la Organización Mundial de Salud (OMS) señala que en 2021 la neumonía cobró 2,2 millones de vidas, incluidas más de 500 000 de menores de cinco años.

¿Por qué el 12 de noviembre?
Desde el año 2009, cada 12 de noviembre se celebra el Día Mundial contra la Neumonía como una iniciativa impulsada por la Coalición Mundial contra la Neumonía Infantil y respaldada por múltiples organizaciones de salud internacionales.

La razón de esta fecha es iluminar un problema de salud pública que muchas veces permanece silente en los medios de comunicación: la neumonía mata más que VIH/SIDA, malaria y sarampión combinados en niños menores de cinco años.

El día sirve como foro global para sensibilizar al público, convocar a los gobiernos, reforzar la prevención (vacunas, nutrición, aire limpio) y movilizar recursos para tratamiento oportuno.

¿Cómo se contagia la neumonía?
Los virus y bacterias que, con frecuencia, se encuentran en la nariz o la garganta de los niños pueden propagarse de diversas formas y alcanzar los pulmones, provocando una neumonía.

Estos microorganismos pueden transmitirse al inhalarse o bien a través del aire en pequeñas gotas expulsadas al toser o estornudar.

Además, existe la posibilidad de que se diseminen a través de la circulación sanguínea, especialmente durante el parto o en los primeros días después del nacimiento, lo que incrementa el riesgo en recién nacidos.

Factores de riesgo de la neumonía:
Edades extremas de la vida: menores de cinco años y adultos mayores.
Tabaquismo o exposición al humo de leña o carbón.
Consumo excesivo de alcohol.
Diabetes, enfermedades hepáticas, cardiopatías o neumopatías crónicas como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Niños que conviven en guarderías o espacios con hacinamiento.
Pacientes con inmunodeficiencia adquirida, por ejemplo por VIH/SIDA.
Higiene bucal deficiente (por ejemplo, gingivitis) y nutrición inadecuada.
Prevención y tratamiento


Prevenir la neumonía es posible y efectivo cuando se aplica una combinación de medidas. Entre ellas destacan:

Abstinencia del tabaco y de la exposición al humo de leña o carbón.
Reducción del hacinamiento y mejora de la ventilación en los hogares.
Evitar cambios bruscos de temperatura.
Mejora de las condiciones nutricionales y adecuado aporte de líquidos al cuerpo.
Higiene dental adecuada.
Uso responsable de antibióticos y evitar su uso prolongado o innecesario.
Aislamiento estricto en pacientes con inmunodeficiencias.
Aplicación de vacunas: contra la influenza estacional (incluyendo influenza A H1N1 en alerta epidemiológica) y las enfermedades neumocócicas.
Estas vacunas, en combinación con una buena nutrición, lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida y aire limpio, pueden reducir drásticamente las muertes por neumonía.

Cuando el tratamiento se brinda oportunamente, los antibióticos y, en casos graves, el suministro de oxígeno pueden salvar vidas.

El 12 de noviembre sirve para:

Recordar que la neumonía es aún la enfermedad infecciosa más letal para niños pequeños y una amenaza para los ancianos.
Reclamar la equidad en el acceso a vacunas, tratamientos, oxígeno y sistemas de salud eficaces, especialmente en países de ingresos bajos y medianos.
Poner en marcha campañas de comunicación, educación y políticas públicas para que la neumonía deje de ser una “mirada secundaria” dentro de la salud global.
Cada respiración cuenta. La neumonía afecta a millones de personas—niños, adultos mayores, personas vulnerables—y aunque es prevenible y tratable, sigue cobrando vidas innecesarias.

Celebrar el Día Mundial contra la Neumonía cada 12 de noviembre es más que una fecha en el calendario: es una oportunidad para actuar, informar y salvar vidas mediante vacunación, acceso a tratamiento, nutrición, aire limpio y compromiso colectivo.

La educación y la acción pública marcan la diferencia: cuando se conocen los riesgos, se refuerzan las defensas y se garantizan servicios de salud, la neumonía puede dejar de ser la epidemia silenciosa que es hoy.

GD

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