La psoriasis es una enfermedad autoinmune, crónica e inflamatoria que impacta distintos aspectos de la vida de quienes la padecen, desde su salud física y bienestar emocional, hasta las relaciones sociales y calidad de vida.
En el marco del Día Mundial de la Psoriasis, que se conmemora cada 29 de octubre, es momento de visibilizar a los más de 2.5 millones de mexicanos que viven con esta enfermedad, según datos de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD)1, y de romper los estigmas que aún la rodean.
“Lo más difícil no son las placas. Es lo invisible: las miradas, el rechazo, la incomprensión, el dolor emocional”, comenta una paciente anónima.
Aunque suele asociarse únicamente con manifestaciones cutáneas como placas rojas y escamosas, la psoriasis es una enfermedad sistémica que no se limita a la piel, con un origen inmunológico que puede asociarse a múltiples comorbilidades como artritis psoriásica, obesidad, diabetes, hipertensión, y trastornos como depresión y ansiedad2.
Falta de información y diagnóstico tardío
A pesar de su prevalencia, la psoriasis sigue siendo ampliamente desconocida, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento adecuado: muchas personas no saben que la padecen, mientras que otras enfrentan barreras para recibir atención médica especializada.
GD