Nos acostumbramos a ver que Cristiano Ronaldo y Messi ganaran el Balón de Oro, y ahora que no es uno de ellos como que algo falta.
El pasado lunes conocimos al Balón de Oro 2025. La condecoración individual más importante del futbol fue para Ousmane Dembelé.
El francés ganó con su equipo, en la temporada 2024-2025 la Liga y Copa francesas, la Champions League y la Super Copa de la UEFA. A nivel individual fue mayor goleador de la Ligue1, mejor jugador de Champions League y mejor jugador de la SuperCopa de la UEFA. Por logros, sin duda el galardón está bien entregado.
Previo a la época de CR7 y Messi, hubo ganadores similares a Dembelé. Aquellos que brillaban un año, pero que no eran dominantes en una época. Recuerdo a Matthias Sammer en 1996, Michael Owen en 2001, Pavel Nedved en 2003 o Fabio Cannavaro en 2006.
Lo que trato de decir es que ese vacío que sentimos en la entrega del premio de este año, que fue un sentimiento muy parecido al año anterior cuando se premió al español Rodri, es culpa de Lionel Messi y Ronaldo. Ellos cambiaron el futbol y después de su protagonismo esto no será igual.
No sabemos cuándo volveremos a ver a un jugador así. Y mucho menos sabemos cuándo volveremos a ver a 2 de esos jugadores compitiendo palmo a palmo. Creímos que Salah, Haaland o Lewandowski subirían al trono, pero se quedaron cortos. Hay que esperar por Vini y Yamal, pero no creo que sean.
No te sientas mal por ese vacío. No eres tú, ni soy yo. Fueron Cris y Lio.
Escrita por: Enrique Álvarez Garibay
GD