A unos días de que el rugir de los motores regrese al Autódromo Hermanos Rodríguez con la NASCAR Cup Series México 2025, el piloto regiomontano Daniel Suárez se prepara para vivir un momento que, durante años, parecía imposible: competir en su país, en la máxima categoría de NASCAR. Su regreso a suelo mexicano, programado para el domingo 15 de junio, no solo representa una carrera más, sino el cierre de un ciclo emocional y el inicio de una nueva etapa para el automovilismo nacional.
En entrevista, Daniel comparte con emoción y honestidad lo que significa este regreso. “Sinceramente pensé que nunca volvería a correr en México con NASCAR. Cuando me fui a Estados Unidos, soñaba con llegar a lo más alto, pero ver que ahora la Cup Series regresa a la Ciudad de México, y que yo estaré ahí, lo hace aún más especial. Han pasado ocho años desde que comenzó este viaje y todavía se siente como algo irreal”, expresa con una sonrisa.
El camino de Suárez en NASCAR ha sido largo y exigente. Desde sus inicios en la Toyota Series en 2014 hasta coronarse campeón en Xfinity, el piloto regiomontano ha tenido que evolucionar en todos los sentidos. “Hoy soy más completo, más inteligente. Le diría al Daniel de 2014 que nunca deje de aprender, no solo de NASCAR, sino de los grandes atletas de todos los deportes. Las bases del éxito son las mismas, sin importar la disciplina”.
Una parte crucial de su trayectoria ha sido adaptarse culturalmente en un deporte dominado por estadounidenses. “Siempre me he sentido un outsider, porque casi todos los que me rodean no son de donde yo soy. Pero eso nunca ha sido una desventaja. Cuando te pones el casco, todos somos iguales. No importa tu nacionalidad, tu idioma, ni tu color de piel”.
Sobre el impacto de figuras como Checo Pérez en Fórmula 1 o Isaac del Toro en el ciclismo, Suárez reconoce el valor de tener referentes mexicanos que abren camino. “Ver a un compatriota triunfar te da esperanza. Aunque no practiques el mismo deporte, te motiva a decir: ‘yo también puedo’. Eso también ayuda a empujar para que haya más apoyo desde nuestro país, porque muchas veces ese es el mayor obstáculo”.
El respaldo de Escudería Telmex y Telcel ha sido, en su caso, un pilar fundamental. “Yo salí de ahí, me han apoyado más de 15 años. Gracias a ellos y al trabajo en equipo, este 15 de junio estaré compitiendo en casa, con los míos. Eso no tiene precio”.
Respecto a lo que espera del evento, Suárez es claro: “Lo importante es ejecutar bien: llegar bien preparado físicamente, hacer una buena clasificación y desarrollar la mejor estrategia. Si hacemos todo eso bien, el resultado será una consecuencia. Quiero terminar ese domingo sintiéndome orgulloso del trabajo hecho”.
Mirando al futuro, mantiene altas expectativas para lo que resta del año. “Ya se empieza a ver la luz. Esperamos seguir mejorando en velocidad y resultados. Estoy seguro de que pronto nos veremos celebrando victorias con confeti”.
Su opinión sobre Pato O’Ward, otro de los referentes del automovilismo mexicano, es de total respeto. “Lo conozco desde hace más de 15 años. Está consolidado en IndyCar y está haciendo un gran trabajo. Cada uno de nosotros está construyendo su camino en una categoría distinta, pero todos con el mismo objetivo: representar bien a México”.
Aunque su enfoque principal es NASCAR, Daniel no descarta, en el futuro, probar suerte en carreras de resistencia como Le Mans o las 24 Horas de Daytona. Pero, por ahora, su mirada está puesta en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
El regreso de Suárez a México es mucho más que una competencia. Es una prueba de perseverancia, de identidad y de orgullo. Un recordatorio de que, aunque el camino sea complejo, siempre hay espacio para soñar en grande.
“Nadie pensaba que esto se haría realidad, pero aquí estamos. Y lo mejor está por venir”, sentencia Daniel Suárez.
baf