Intervención de la Diputada Federal del PRI, Graciela Ortiz González, durante la Sesión Ordinaria

Con su permiso, presidente, honorable Cámara de Diputados, compañeras, compañeros, diputados. El Partido Revolucionario Institucional ha sido desde sus orígenes un pilar fundamental en la defensa de las causas que buscan mejorar la vida de la gente y por ello la decisión del Grupo Parlamentario de quienes integramos al Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional es votar a favor de esta reforma y votamos a favor porque nuestra historia ha estado marcada por el establecimiento de políticas públicas que han buscado siempre transformar profundamente las condiciones de vida de millones de mexicanos con un enfoque siempre dirigido hacia el bienestar social, hacia la justicia social. La reforma que hoy nos reúne es una continuidad de ese compromiso inquebrantable porque asegura que cada trabajador, que cada trabajadora tenga acceso a un salario digno, justo y eficiente para garantizar una vida plena y libre de carencias.

Nosotros queremos hoy aquí, saludando a los maestros mexicanos que se encuentran acompañándonos el día de hoy, queremos también comentarles que esa posibilidad que hoy tenemos como Cámara de Diputados de pasar esta reforma, esta iniciativa que celebramos, se generó en un gobierno justamente priista, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando se desvinculó el salario de lo que eran las multas, los recargos y las actualizaciones en materia fiscal para que no se siguiera afectando la posibilidad de crecimiento de los salarios mínimos. Por ello estamos convencidos, compañeras y compañeros, que es necesario profundizar en ciertos aspectos para lograr una verdadera equidad inclusiva y sostenible para todos. Uno de los aspectos que los priistas queremos considerar y que consideramos que es necesario abordar es la exclusión de los maestros de educación inicial, de preescolar y primaria, que también son parte de la educación básica en el país.

Quisiéramos verlos incorporados en esta reforma, ellos también forman parte de la formación educativa de nuestras niñas y niños y desempeñan una labor crucial en el desarrollo social y educativo del país. El PRI, compañeras y compañeros, ha demostrado a lo largo de las décadas que está del lado de los mexicanos.

Desde que creamos las instituciones de seguridad social que siguen dando servicio todavía el día de hoy a la población, hasta la promoción de los derechos laborales y el acceso a la salud y a la educación, hemos sido impulsores de las causas que fortalecen el tejido social en nuestro país. Pero si realmente buscamos una transformación, consideramos que la educativa que fortalezca a las futuras generaciones, debemos de asegurarles que quienes estén encargados de la formación de nuestros hijos reciban una remuneración justa y acorde con la importancia de su labor. Hoy venimos aquí a reafirmar nuestra convicción de que el bienestar económico y social de la población es una prioridad ineludible que no puede esperar más.

Creemos que una nación se mide por la calidad de vida de su gente y por ello apoyaremos todas las reformas que, como esta del día de hoy, buscan cerrar las brechas de desigualdad y otorgar a cada persona las herramientas necesarias para un futuro próspero y equitativo. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 123, establece que los salarios mínimos deben ser suficientes para satisfacer las necesidades de un jefe o jefa de familia en los órdenes material, social y cultural. Y este dictamen consideramos refuerza ese principio asegurando que la fijación anual de los salarios mínimos no esté por debajo de la inflación.

Por ello consideramos además que este gobierno debe garantizar el control de la inflación para que esta inflación no limite o menoscabe el otorgamiento de un salario mínimo superior. Esa es una solicitud enfática que le hace el Grupo Parlamentario del PRI al gobierno actual. Con ello, con el control de la inflación, se garantizaría que el salario mínimo no sólo sea una cifra económica, sino un verdadero instrumento de protección social.

Otro punto fundamental que debemos atender es el impacto que el incremento salarial podría tener al estar expuesto a mayores cargas fiscales, particularmente en lo que se refiere al impuesto sobre la renta. Debemos entonces de ajustar el impuesto sobre la renta para que tampoco sea en menoscabo del incremento del salario mínimo a los trabajadores. Todos sabemos que cuando los salarios aumentan, los trabajadores pueden entrar en tramos impositivos más altos, lo que significa que aunque el salario bruto es mayor, el salario neto puede no aumentar en la misma proporción debido a las retenciones fiscales.

Es importante entonces que trabajemos en estrategias que protejan el poder adquisitivo real de los trabajadores y que el aumento salarial no se vea disminuido si no se ajustan las tasas del impuesto sobre la renta o se establecen exenciones que permitan que los beneficios del impuesto sean efectivos. De no hacerlo, corremos el riesgo de que ese incremento sea un beneficio meramente nominal. Aumentar los salarios, compañeras y compañeros diputados, es sólo una parte de la solución.

Los diputados y diputadas del Partido Revolucionario Institucional creemos que debemos de trabajar en una integralidad de acciones que nos lleven a esta conclusión. El PRI ha seguido y seguirá siendo un partido comprometido con las causas que promueven la justicia social y sabemos que el salario digno no es sólo un derecho humano, sino una herramienta indispensable para construir una sociedad más equitativa y más cohesionada. Pero si queremos combatir de raíz la pobreza estructural, también debemos atender las causas que perpetúan esta condición.

La pobreza estructural, lo sabemos todos, no es sólo la falta de ingresos, es un fenómeno que incluye la desigualdad de oportunidades, la falta de acceso a servicios básicos como la educación, como la salud, como la vivienda, así como la exclusión social. Por ello, las políticas públicas de un gobierno deben enfocarse en mejorar el acceso a la educación, a crear empleos de calidad, a garantizar la provisión de servicios básicos, así erradicaremos los factores que originan la pobreza. Y en ello, en la voluntad política de establecer esos esquemas y esos factores para erradicar la pobreza, se mide la eficacia real de un gobierno y es la voluntad que tiene de verdaderamente incidir en una mejoría real en la vida de los trabajadores.

Esta reforma, por tanto, ciertamente es un paso importante para lograr esa justicia social que anhelamos todos, pero que debe estar acompañada de una estrategia integral que aborde la pobreza desde múltiples frentes. Yo quisiera a los docentes, a los policías, a las guardias nacionales, a los miembros de las Fuerzas Armadas, al personal de atención médica y de enfermería, al personal de salud que trabaja en México y que representan pilares fundamentales del país hacerles un gran reconocimiento. El reconocimiento a su invaluable labor, que no puede quedarse en palabras, debe materializarse en una justa remuneración acorde con la responsabilidad que lleva su trabajo.

Por tanto, homologar los salarios de estos sectores es una medida de equidad que realmente refuerza el compromiso del Estado con quienes cuidan de nuestra nación en sus aspectos más fundamentales. Así que esta reforma no sólo mejorará sus condiciones laborales, sino que puede fortalecer la seguridad, la salud y la educación en México, impactando positivamente en áreas estratégicas para el desarrollo del país. Mejores salarios no solamente incrementan el poder adquisitivo de las y los trabajadores, también impulsan el consumo interno, lo que a su vez genera un círculo virtuoso de crecimiento económico.

Yo creo, estoy plenamente convencida que además es importante reconocer que aún queda mucho por hacer. Por eso, urge someter a esta soberanía, a la consideración de este pleno, la reforma con la cual se reduce la jornada laboral a 40 horas, por ser una más de las estrategias complementarias que benefician y con la cual también apoyaremos a los trabajadores. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece que todas las personas tienen derecho a condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, incluido un salario que proporcione una existencia digna.

Este dictamen cumple con ese mandato y refuerza el compromiso de México con el pleno establecimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de su población. En un país como México, donde las brechas salariales, la desigualdad y la pobreza siguen siendo problemas profundamente arraigados, es nuestra responsabilidad como legisladores seguir trabajando para superarlo y estoy segura que en esta Cámara, en esta Legislatura habremos de encontrar la sensibilidad para ello. Celebramos este avance, pero consideramos que es importante reconocer que aún nos queda un largo camino por recorrer para alcanzar la plena justicia social en nuestro país y no podemos detenernos aquí.

Hay que avanzar en la creación de políticas públicas que garanticen que cada persona en México tenga la oportunidad de vivir dignamente. En sintonía con este principio, el Poder Judicial de la Federación ha establecido que los salarios deben ser proporcionales a la labor realizada y suficientes para satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores. Pero necesitamos hacer todavía más, necesitamos complementar esta reforma con una estrategia integral que abarque otras áreas claves del desarrollo económico y social.

Desde la visión del PRI, consideramos esencial trabajar en el fortalecimiento de la economía para generar empleos de calidad a través de condiciones que incentiven la inversión y el fortalecimiento del sector empresarial, así como a las y a los emprendedores mexicanos. Es imperativo dotar a México también de marco normativo que ofrezca real y profunda certeza jurídica y política, así como garantizar un entorno seguro que sea propicio para la inversión. Un país que ofrezca estabilidad respecto a la ley y un ambiente adecuado será un país que impulse el crecimiento económico y que ofrezca oportunidades laborales para millones de mexicanos.

De igual manera, la inversión en infraestructura en sectores clave como la salud y la educación es fundamental. No podemos permitir que los mejores salarios convivan con las peores condiciones laborales. Necesitamos hospitales y escuelas con la infraestructura necesaria para ofrecer servicios de calidad acorde a las expectativas de la población.

Es indispensable legislar y asignar recursos suficientes en el presupuesto para garantizar que aquellos a quienes beneficiamos hoy con salarios más altos también cuenten con lo necesario para trabajar en las mejores condiciones. Dotar de insumos, equipo, tecnología y materiales suficientes para que los trabajadores al servicio del Estado puedan cumplir sus responsabilidades con eficiencia y calidad. Mejorar los salarios es mejorar la vida y hoy tenemos la responsabilidad, además de lo que estamos legislando el día de hoy, es de consolidar este avance y de seguir construyendo un México más justo, más equitativo, más solidario.

No nos quedemos solamente en lo que hoy estamos haciendo, veamos a México como el país que todavía requiere profundas reformas, pero sobre todo una gran voluntad política de quienes dicen vivir para el pueblo, para que esto se convierta en una realidad.

baf 14:51

leave a reply