Leticia García Díaz graba un comunicado el jueves 9 de marzo a las 7:26 hs. Se está hundiendo en el sucio pantano de abusos a los niños en el que ella misma se metió y pretende que los padres y madres de familia se hundan con ella. Quiere boicotear las actividades académicas. Dijo en su mensaje: “no lleven a los niños para que no los vayan a arriesgar”. Pero todos en la escuela saben perfectamente que una de las personas cuya presencia es un riesgo para los pequeños, es, precisamente, Leticia García Díaz. Eso se llama cinismo. En la Primaria “Maestro Aquiles Córdova Morán”, hubo clases hoy jueves en calma y armonía y hasta con más tranquilidad para los niños.
Dijo también la Señora García Díaz: “Los de Antorcha Campesina no son padres de familia de la escuela”. ¿No? ¿Quién se los impide? En ninguna escuela pública del país se juzga a los mexicanos que llevan a sus hijos por su militancia política. La señora maestra, además de agredir impunemente a los pequeños que no pueden defenderse, quiere imponer a la educación el criterio discriminatorio por razones ideológicas o de preferencias políticas y, hasta ahora, en este país, eso se persigue como delito.
Se supo en la escuela que la mencionada maestra y sus apoyadores, entre los cuales hay otros abusadores impunes, se fueron a la SEE a conferenciar con algunos de los funcionarios que los han venido aconsejando y protegiendo. Ese no puede ser considerado más que como el conciliábulo descarado de los agresores de niños y sus protectores.
Hay otras denuncias que fueron remitidas oportunamente a las instancias superiores de la SEE y que hasta ahora no cuentan con ninguna acción disciplinaria. Tal es el caso (en adelante nos referiremos a otras) de la denuncia contra Fidel Cuauhtémoc García Arreola por agresión física a un niño del sexto grado interpuesta el 2 de marzo de 2022.
Estamos plenamente conscientes de que la lucha apenas empieza. Seguiremos luchando como dijo la valiente Mildred Ruíz Chávez: “No voy a desistir, voy hasta el final, voy hasta las últimas consecuencias”. La madre lo da todo a cambio de nada por sus hijos. Pero un día, apreciable señora, su pequeño hijo será un hombre, tal vez un profesionista preparado y respetable y, con toda seguridad, sentirá un inmenso orgullo de que usted haya sido su madre. Ese será su pago. Ya verá que sí.
smr 11:41