Con motivo del 15 de mayo dedicado al Día del maestro, el líder del Movimiento Antorchista Nacional, Aquiles Córdova Morán, afirmó que tanto la mejora salarial recientemente anunciada al magisterio como la reforma educativa promovida por el Presidente Andrés Manuel López Obrador están lejos de representar una mejoría del nivel de vida de las familias trabajadoras, entre los que se cuenta el magisterio, pues lograrlo requiere “una revolución educativa de verdad, correctamente orientada científica e ideológicamente” y será posible solo con “un sindicalismo libre y combativo”, una asignatura hasta ahora pendiente por parte de ese gremio con el pueblo mexicano.
Al hacer un análisis al respecto en su video pronunciamiento semanal, el líder social dijo que presidente López Obrador, en el acto oficial alusivo, “se limitó a hacer propaganda a su reforma educativa, sin tocar, ni por descuido, la cuestión de los recursos materiales y humanos que requerirá su instrumentación de la reforma educativa anunciada por su gestión ni qué nuevas exigencias y reacondicionamientos profesionales exigirá a los profesores y cómo piensa ayudarlos a responder a ese nuevo reto cuando todavía no acaban de salir del que les impuso el Covid-19”, apuntó.
Sobre la basificación de 675 mil 571 maestros, presentada por la titular de la SEP, Delfina Gómez como “conquistas sindicales” atribuidas a la generosidad presidencial, Córdova Morán dijo que el Secretario General del SNTE, Alfonso Zepeda, solo se remitió al agradecimiento, exponer sus demandas gremiales, sin cuestionar aspectos fundamentales sobre la situación del magisterio: ¿Y qué pasa con la salud, la vivienda, el alto costo de los servicios y la seguridad social de muchos de ellos? ¿Y qué opina el magisterio y sus líderes sobre los contenidos y la orientación general de la reforma educativa de López Obrador y del impacto que tendrá sobre el futuro de la niñez y la juventud?
Indicó que el gobierno mexicano festina dicho aumento salarial dejando de lado la precariedad en la que laboran los docentes, los cuales deben atender a grupos numerosos y con sobrecarga de trabajo, los mejor pagados en el régimen de horas-clase, ganan unos 300 pesos por hora, y los peor remunerados, poco más de cien pesos por hora-clase, por lo que deben andar “a la caza” de más horas para completar sus ingresos, lo que merma también el tiempo dedicado a la preparación de su clase o sus clases, cuando imparten más de una materia, de ahí que los maestros de México tienen salarios de apenas la mitad de sus contrapartes de Estados Unidos o Canadá, como lo documentó el diario El Financiero.
En ese contexto, Córdova Morán indicó que no puede verse como un avance el aumento salarial, sin contrastarlo con la realidad cotidiana y del nivel de vida de un maestro, no solo en el salario nominal, sino en la capacidad adquisitiva del dinero recibido, el acceso a la canasta alimenticia, ropa, calzado, gas, electricidad, medicinas, gastos educativos o nivel de renta de las viviendas. “La distancia real en el bienestar de un maestro mexicano, comparado con un canadiense o un norteamericano, es mucho mayor que la que pone de manifiesto la simple diferencia salarial”, acotó.
Ante los problemas del sistema educativo mexicano, dijo Córdova Morán, se necesita un volumen de recursos mucho mayor, pero sobre todo “una reforma educativa planificada por verdaderos especialistas sobre la base de estos problemas reales y no únicamente sobre principios ideológicos abstractos, por muy ciertos y revolucionarios que se les considere”. Advirtió que, si no se hace así, los resultados de la pésima educación impartido en México solo se harán visibles cuando el país sufra su impacto en la producción y la productividad de la economía.
Lamentó que la secretaria de Educación Delfina Gómez se conformara con hablar de promedios y cifras para destacar los “beneficios concedidos por el Gobierno”, sin descender a los detalles de la situación salarial de los maestros en todos sus niveles y modalidades, ni ofrecer soluciones sobre cómo atender los problemas de salud, mental y física, ocasionados por los extraordinarios esfuerzos a que los sometió la pandemia y la educación a distancia, o la saturación de los grupos o el estado material de los planteles educativos, “da la impresión de que, para ella, todo eso es peccata minuta”, dijo.
Afirmó que la mayor carencia del magisterio mexicano y de toda la clase trabajadora del país es la ausencia de democracia verdadera en sus organizaciones gremiales, del derecho a disentir libremente de las políticas oficiales y de la actividad de sus líderes, de una puntual rendición de cuentas sobre las cuotas de los agremiados, una verdadera participación de estos en la vida de sus organizaciones y en la toma de las decisiones más importantes que afectan su vida y su trabajo, lo que fue visible en el Día del maestro, que se caracterizó por “el mismo servilismo y los desmedidos elogios al presidente, tal como ocurría en los eventos organizados por el viejo charrismo sindical”.
Puso de relieve que en el gobierno de Morena no hay nuevas centrales obreras democráticas, nacidas de la iniciativa y la libre voluntad de los trabajadores ni verdadero derecho a la libre formación de sindicatos, lo que limita la organización de los trabajadores; “solo las mismas maniobras de control oficial a través de charros curtidos en el arte de manipular y engañar a las bases obreras y trabajadoras”. Urgió a ver que la liberación y el bienestar de los obreros es tarea de los obreros mismos, el sindicalismo libre y combativo es la gran asignatura pendiente para los maestros de México, finalizó.