por :Alejandro Carrillo Lázaro
Patas arriba, la escuela del mundo al revés es el título de una de las tantas obras realizadas por el uruguayo Eduardo Galeano y con el que me atrevo a nombrar esta columna. Pues solo a través de esa idea se puede entender que el engaño y la falsedad es una travesura menor y quizás si lo sea: si un niño dice que no comió un dulce que había en la mesa, aun quedando rastro de esa golosina en su boca, seguramente se reiría la gracia, pero copiar una tesis bajo la cual se ostenta la capacidad de un individuo que frente a un grupo selecto de profesionales (sinodales) validan el conocimiento expuesto del documento realizado no es una gracia, no da risa, mucho menos cuando se está en un lugar en el que la ética del juzgador es parte fundamental para emitir juicios y dirimir controversias, como lo es el Supremo Tribunal de Justicia. La ministra Yazmín Esquivel ofende de dos formas su investidura de ministra primero contra la justicia, pues aun cuando nuestra Constitución nos hace iguales a todos ante la ley a la ministra le toca ser juzgada con valores menores desde la presidencia de la república en donde a los “adversarios” se les juzga con mayor rigor por opinar e incluso exigir la renuncia de quien cometió la falta. La segunda ofensa es contra la rectitud de quien emite juicios, pues con que calidad moral se atreve una ministra de justicia que hace trampa a interpretar la Constitución Política de nuestro país, si en sus propios actos no cumplir la norma no genera consecuencia alguna.
Este es el mundo al revés, entenderlo da ventajas amplias, entiéndase como ejemplo una carrera atlética, los competidores salen del mismo sitio, las reglas son claras seguir el carril que dan las vallas, uno de los competidores acorta el camino y por en medio cruza la pista, en tiempo récord cruza la meta y se le pone la medalla de oro ¿quiénes hicieron mal? ante el galardón está claro que los que siguieron las reglas. Cuando una persona falta a la norma y no es castigada por ello, genera una sensación de engaño para los que la acatan ¿pues de que sirve cumplir con los reglamentos?. El primer acto de corrupción está en la falsedad, el segundo acto está
en no aceptarla y el tercer acto está en el cinismo de mantenerse digno ante las pruebas que demuestran la mentira.
El atentado más grande contra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos donde se concentran los valores que erigen a la sociedad mexicana es ser protegida e interpretada por alguien que no solo no cumple la norma, sino que además no es castigada por ello. El mejor acto de congruencia y rectitud seria la renuncia y la disculpa de la ministra, pero en el mundo al revés de la 4t que parece solo un capítulo más de la historia política moderna del México injusto (no estábamos mejor antes, pero deberíamos estar mejor ahora) el presidente que la encabeza se encargara de apagar el fuego.
Eppur si muove
smr 11.09