En varias ciudades mexicanas, ondearon banderas negras con una calavera sonriente con sombrero de paja, en las manifestaciones antigubernamentales del 15 de noviembre de 2025. Esta bandera se ha convertido en un símbolo de la llamada Generación Z, que comprende a los jóvenes nacidos entre los años de 1997 y 2012.
Con cerca de 20.000 participantes, la marcha en la Ciudad de México aglutinó a diferentes sectores de la sociedad y a personas de todas las edades. La protesta pacífica en contra del Gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum, terminó en disturbios, y los enfrentamientos entre el bloque negro y agentes de seguridad dejaron más de 100 heridos.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum denunció que detrás de la marcha estaban políticos opositores, grupos violentos y una campaña en redes manejada desde el extranjero, y destacó que la mayoría de los participantes no eran jóvenes.
recientemente en otros países, como Nepal y Perú?
A juicio de José Manuel Valenzuela Arce, profesor-investigador del Departamento de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte (Colef), la convocatoria de la marcha fue impulsada por “grupos de la oposición y de la derecha”.
Algunos medios informaron que 8 millones de bots habrían promocionado la movilización del 15 de noviembre y que la campaña digital habría costado más de 90 millones de pesos.
En entrevista con DW, Valenzuela apunta que, en México, la presidenta Sheinbaum goza de una aceptación de más del 70 por ciento entre la llamada Generación Z.
“La oposición está muy deslegitimada, y se monta sobre estas movilizaciones que se vienen dando desde Nepal, Indonesia, Marruecos, Perú, etcétera, bajo esta narrativa de la Generación Z y la recuperación de Monkey D. Luffy”, dice el académico, en referencia al personaje de ficción que protagoniza el manga One Piece.
Intentan “piratear la bandera del rey de los piratas”, agrega, refiriéndose a la bandera de la calavera sonriente, de ese manga japonés.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el primer trimestre de 2025, había 30,4 millones de personas entre 15 y 29 años, cifra que representó un 23 por ciento del total de la población mexicana.
“La característica fundamental de los jóvenes de la Generación Z es que se les define como nativos digitales. Se apropiaron de manera directa y natural de los dispositivos móviles y las redes sociales, lo que les generó una forma muy particular de socializarse con respecto a otras generaciones”, explica a DW Luis Antonio Mata Zúñiga, profesor-investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), de la Universidad Iberoamericana.
Estos jóvenes ya no se informan a través de los medios tradicionales, sino en Internet y por medio de las redes sociales, añade Mata.
No obstante, el también doctor en Ciencias Políticas y Sociales destaca que “la Generación Z mexicana no corresponde a un solo grupo socioeconómico, sino que incluye a jóvenes urbanos con educación formal, pero también a juventudes rurales o de zonas marginadas con realidades económicas, educativas y de seguridad muy diferentes”.
Más allá de un contexto urbano con alto nivel educativo, “ser joven en México te pone en condiciones de una mayor informalidad y precariedad laboral, con bajos salarios y sin prestaciones, en la mayoría de los casos”, prosigue el académico de la Universidad Iberoamericana. De ahí que una de las principales demandas de los jóvenes sea “que no les roben su futuro”, añade.
Asimismo, Mata hace hincapié en que la Generación Z ha vivido un importante proceso de transición a la democracia con la alternancia de los partidos en el poder, por lo que tendría también “un mayor anhelo a formas más democráticas en comparación con generaciones anteriores”.
“Están llevando al extremo una forma de democracia directa en donde hay un desconocimiento abierto del sistema de partidos y de las instituciones políticas. Esto supone empoderar a la sociedad para sancionar y cambiar a gobernantes corruptos o incompetentes de forma autónoma y directa”, agrega el experto.
“Juvenicidio”
Por su parte, el doctor en Ciencias Sociales Valenzuela Arce ha desarrollado el concepto del “juvenicidio”, para describir el fenómeno del asesinato persistente, sistemático de jóvenes en América Latina, “donde la muerte deriva de procesos profundos de precarización de la vida”.
La desigualdad social obliga a muchos jóvenes al desplazamiento forzado y los convierte en el principal objetivo del reclutamiento por parte del crimen organizado. Según el académico del Colef, la violencia e inseguridad son una de las principales razones del descontento juvenil.
En las redes sociales, la llamada Generación Z ya ha convocado nuevas protestas en México. Está por ver cuán grande es el potencial de las manifestaciones para lograr que se cumplan las demandas de los jóvenes.
“Cuando la mayoría de la Generación Z esté en edad de votar, va a ser un factor clave para definir los resultados, obligando a partidos y candidatos a atender sus demandas”, cree el profesor Mata Zúñiga, que subraya: “Estos jóvenes van a decidir las próximas elecciones, en 2030”.
JZ
