Con la venia de la presidencia. Nuestro país, como nación firmante de tratados internacionales, reconoce a la salud como un Derecho Humano.
Propiamente en nuestra Constitución reconoce este derecho y establece como una responsabilidad y obligación del Estado, velar y garantizar que existen condiciones dignas, igualitarias y sin discriminación para que todas las personas gocen del derecho a la protección de la salud.
A pesar de estar plasmado en la Constitución, mencionado el derecho, aún faltan muchos más esfuerzos para ser una realidad. Especialistas e instituciones coinciden en la necesidad de establecer que la salud abarque tanto el cuerpo físico como la mente.
A pesar de esto, la salud mental sigue siendo un problema no resuelto y poco atendido en las políticas públicas de los tres niveles de gobierno de nuestro país.
La frase No hay salud sin salud mental, de la Organización Mundial de la Salud, subraya la importancia de priorizar la atención de prevención de las enfermedades mentales en las agendas gubernamentales, lo anterior con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Datos del INEGI en la Primera Encuesta Nacional del Bienestar 2021 revelan que el 19.3 por ciento de la población adulta tiene síntomas de ansiedad severa, mientras que el otro 31.3 revela ansiedad mínima o en algún grado.
Con mucha preocupación, observamos la recurrencia de los trastornos como depresión, ansiedad en la población mexicana, trastornos que en gran medida son el origen de la peor consecuencia, el suicidio.
Es vital señalar que el suicidio, que puede ser la peor consecuencia de los trastornos antes mencionados, así como vislumbrar que este debe de ser prevenido a través de abordarlo como un problema de salud mental.
La responsabilidad del Estado mexicano debe centrarse en asumir que desafortunadamente las personas que cometen suicidio se convierten en una víctima de la falta de atención prioritaria de una red de apoyo, incluyendo el propio Estado.
La necesidad de poner atención a esta problemática de manera inmediata obedece a la recurrencia. Datos revelados por la UNAM indican que en el país el suicidio es la tercera causa de muerte en la adolescencia de 15 a 19 años y la quinta entre menores de 15 y en el 80 por ciento de los casos estuvo presente la depresión.
Los datos antes mencionados son continuidades, por ende consideramos adecuados realizar modificaciones a la ley que abonen en garantizar el Derecho Humano a la salud.
Proponemos construir el desarrollo de acciones y programas para detectar y prevenir diferentes problemáticas, proponemos modificar la fracción décimo primera del artículo 73 de la Ley General de Salud en materia de implementación de programas para la detección y atención oportuna de trastornos relacionados con la depresión y la ansiedad, con la firme convicción de que la prevención es la solución.
Nuestra propuesta tiene como objeto abonar a que todas las personas que tengan la oportunidad del acceso a la salud mental, el Estado mexicano debe reconocer que el suicidio no es sólo un acto individual, ni sólo un desorden psicológico, debe considerarse en un contexto social con implicaciones éticas, políticas y sociales, requiriendo mejor empatía hacia el dolor humano.
Hoy en día sabemos muy bien que la pandemia que vivimos todos los días es esta, la salud mental. Es por eso que hacemos esta Iniciativa en donde le demos más causa, en donde tomemos más atención, que para estar bien por fuera tenemos que estar bien por dentro.
Las enfermedades que nos causan la salud mental, desgraciadamente el resultado está llevando al suicidio. Atendamos lo que es la ansiedad, la depresión, el estrés, los trastornos de alimentación.
Ojalá que puedan existir clínicas de salud mental especializadas, ya que eso nos está llevando a muchos suicidios. Pongamos atención en eso para que sean atendidas.
baf