La enfermedad renal crónica (ERC) es un trastorno progresivo en el que los riñones pierden gradualmente su capacidad para filtrar la sangre de manera eficiente.
Esto puede ocurrir durante meses o incluso años, sin que la persona experimente síntomas evidentes al inicio. Por esta razón, se le conoce como una enfermedad silenciosa.
Según el análisis más reciente del Global Burden of Disease (GBD), alrededor de 788 millones de adultos en el mundo viven con ERC, lo que equivale a una prevalencia global ajustada por edad del 14,2 %.
Este informe también muestra que la ERC ha aumentado significativamente desde 1990, convirtiéndose en un problema de salud pública prioritario.
En México, investigaciones recientes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indican que cerca del 12 % de la población adulta presenta algún grado de ERC, lo que se traduce en aproximadamente 13 millones de personas.
Las académicas Norma Bobadilla Sandoval y Elizabeth Hernández Castro señalan que la mayoría de los casos no se detectan en etapas tempranas debido a la ausencia o mínima presencia de síntomas.
Los cambios en la orina son una de las primeras señales de que los riñones podrían estar dañados, indico el doctor Iván Porter II, nefrólogo de Mayo Clinic, en la conferencia “Diabetes e hipertensión como principales causas de ERC” entre los signos más importantes destacan:
Color y turbidez: La orina puede volverse más oscura, ámbar o marrón si los riñones no filtran correctamente los desechos.
Espuma excesiva: La presencia de espuma puede indicar proteinuria, es decir, que los glomérulos permiten el paso de proteínas que normalmente deberían quedarse en la sangre.
Frecuencia y volumen: Puede aumentar la cantidad de orina diaria (poliuria) o presentarse la necesidad de orinar durante la noche (nicturia) debido a que los riñones pierden la capacidad de concentrar el líquido.
En México, instituciones como el IMSS han incorporado pruebas de microalbúmina en orina, junto con creatinina y análisis general de orina, como parte de su estrategia preventiva para detectar ERC en fases iniciales
Además, estudios recientes de la UNAM sugieren que biomarcadores específicos en la orina, como la proteína Serpina A3, pueden ayudar a identificar daño renal antes de que los síntomas clínicos sean evidentes, lo que permitiría una intervención temprana más eficaz.
La presencia de proteína en la orina, conocida como proteinuria, es un indicador clave de daño renal. Señala que los filtros de los riñones (glomérulos) no están funcionando correctamente y permiten el paso de proteínas que normalmente se retendrían en la sangre.
En la ERC, la albúmina es la proteína más estudiada. Si se detecta de forma persistente en la orina, puede indicar un daño renal subyacente. La Guía clínica de programas de salud en México, incluida en los protocolos del IMSS, recomienda medir microalbúmina para estimar la progresión de la enfermedad
Otros síntomas sistémicos de la ERC
Aunque los cambios en la orina son importantes, la ERC también puede manifestarse con síntomas más generales que muchas veces no se asocian inmediatamente con los riñones:
Fatiga y debilidad: La acumulación de toxinas en la sangre puede provocar cansancio constante.
Hinchazón (edema): Retención de líquidos, especialmente en pies, tobillos o cara.
Calambres musculares: Alteraciones en minerales y electrolitos, como el potasio, pueden generar calambres.
Presión arterial alta: La hipertensión puede ser tanto causa como consecuencia de la ERC, el dotor Porter II, al igual que un estudio publicado en BMC Nephrology reportan un aumento en los casos y muertes por ERC relacionadas con hipertensión desde 1990.
Problemas de sueño o apetito: Náuseas, insomnio o pérdida de apetito, aunque menos específicos, también pueden aparecer.
Cuándo y cómo hacer un análisis de orina para detectar ERC
Detectar la ERC a tiempo puede cambiar el curso de la enfermedad. Estas son algunas recomendaciones basadas en guías recientes:
Cuándo realizarlo
Personas con diabetes, hipertensión u obesidad, ya que son factores de riesgo bien documentados.
Personas con antecedentes familiares de enfermedad renal.
Si se presentan cambios en la orina, como espuma, color oscuro o aumento de frecuencia.
Durante chequeos médicos de rutina, especialmente en programas de salud que incluyen pruebas para pacientes en riesgo.
Qué pruebas pedir
Examen general de orina: Evalúa color, turbidez, densidad y sedimento.
Microalbúmina urinaria: Detecta proteínas en niveles bajos que no aparecen en análisis convencionales.
Creatinina en sangre y estimación de la Tasa de Filtrado Glomerular (TFG): Evalúa la función renal.
Relación albúmina/creatinina (UACR): Indica con mayor precisión la cantidad de proteína que pasa a la orina.
Qué hacer si los resultados son anormales
Consultar a un nefrólogo para un seguimiento especializado.
Realizar monitoreos periódicos según indicación médica.
Adoptar cambios en el estilo de vida, incluyendo dieta saludable, control de presión arterial y de glucosa si hay diabetes.
En México, el IMSS promueve la detección temprana como parte de sus protocolos de primer nivel de atención.
La ERC es una enfermedad progresiva que puede mantenerse oculta durante años, pero prestar atención a los cambios en la orina y otros síntomas sistémicos permite actuar de manera oportuna.
El análisis de orina, junto con pruebas médicas especializadas como la microalbúmina y la creatinina, facilita la detección temprana y la prevención de daños irreversibles.
Adoptar hábitos saludables, controlar la presión arterial y realizar chequeos periódicos son pasos fundamentales para reducir el riesgo y mejorar la calidad de vida de quienes podrían desarrollar esta enfermedad.
GD
