León XIV advierte sobre el uso de la tecnología y medicina al servicio de “ideologías antihumanas”

El Papa León XIV advirtió sobre el “potencial destructivo” de la tecnología y de la investigación médica “cuando se ponen al servicio de ideologías antihumanas”, aludiendo a los avances científicos que socavan la dignidad humana, como la eugenesia, la selección de embriones, la manipulación genética, entre otras prácticas.

Lo hizo en un mensaje dirigido a los participantes en el Congreso Internacional de la Pontificia Academia para la Vida, celebrado bajo el tema “Inteligencia Artificial y Medicina: el desafío de la dignidad humana”.

El Santo Padre inició su mensaje con una mirada al presente, marcado por un avance tecnológico que influye incluso en la manera de pensar y altera la comprensión y percepción de la realidad. En este contexto, advirtió sobre el riesgo de “perder de vista los rostros de las personas que nos rodean” y de olvidar cómo reconocer y valorar “todo lo que es verdaderamente humano”.

Más allá de estos riesgos, el Pontífice señaló los beneficios del desarrollo tecnológico, especialmente en la medicina y la salud. Sin embargo, puntualizó que para garantizar un progreso auténtico es imprescindible que la dignidad humana y el bien común “sigan siendo prioridades firmes”.

Estas derivas, señaló, pueden producir un efecto devastador sobre la vida de las personas, aunque afirmó que si se aprovechan “y se ponen verdaderamente al servicio de la persona humana”, también pueden ser “transformadores y beneficiosos”.

En consecuencia, el Papa subrayó la urgencia de que se explore el potencial de la Inteligencia Artificial en la medicina: “La fragilidad de la condición humana se manifiesta con frecuencia en el ámbito médico”, pero nunca debemos olvidar la “dignidad ontológica que pertenece a la persona”.

Al citar Nota Antiqua et Nova, la nota del Vaticano sobre Inteligencia Artificial y la Inteligencia Humana, el Pontífice subrayó:“los profesionales de la salud tienen la vocación y la responsabilidad de ser guardianes y servidores de la vida humana”, especialmente en sus etapas más vulnerables.

“Lo mismo puede decirse de quienes son responsables del uso de la IA en este ámbito. En efecto, cuanto mayor es la fragilidad de la vida humana, mayor debe ser la nobleza de quienes tienen encomendado su cuidado”, afirmó.

En este sentido, señaló que la medicina requiere no sólo la competencia técnica necesaria, sino también la capacidad de comunicarse y de estar cerca de los demás: “Nunca puede reducirse simplemente a resolver un problema”.

Así, insistió en que los dispositivos tecnológicos “nunca deben menoscabar la relación personal entre pacientes y profesionales de la salud”. Y agregó: “Si la IA ha de estar al servicio de la dignidad humana y de la atención sanitaria eficaz, debemos asegurarnos de que mejore verdaderamente tanto las relaciones interpersonales como la calidad de la atención prestada”.

Por último, el Santo Padre afirmó que es esencial “promover una amplia colaboración entre todos los que trabajan en el ámbito sanitario y político”, más allá de las fronteras nacionales.

JZ

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