El punto débil del campo magnético ya cubre casi toda Sudamérica: estos son sus efectos en la tecnología

El campo magnético terrestre tiene una región cada vez más débil, donde su protección contra la radiación espacial se reduce significativamente. La expansión de esta área, conocida como la Anomalía del Atlántico Sur, ha alcanzado niveles inéditos. Debido al riesgo que supone para la tecnología moderna, las agencias espaciales encuentran vigilándola constantemente.

La Anomalía del Atlántico Sur fue detectada en 1958, cuando los primeros satélites comenzaron a medir la radiación alrededor de la Tierra. Aunque su existencia es conocida desde entonces, los datos recopilados durante los últimos 11 años por la misión Swarm de la ESA, compuesta por tres satélites, muestran que el área debilitada no solo ha crecido, sino que también se expande. Tanto que ahora ocupa la mayor parte de Sudamérica y una porción del continente africano.

Este debilitamiento acelerado del campo magnético en la región ha llevado a la ESA y la NASA a advertir sobre la necesidad de adaptar la tecnología espacial a las nuevas condiciones.

Aunque la presencia de esta zona debilitada no representa un peligro significativo para la vida cotidiana en la superficie terrestre, ya que la atmósfera actúa como escudo frente a la radiación, la situación es diferente para las naves espaciales y satélites que operan en órbita baja, por lo que las comunicaciones y el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) pueden verse afectados.

La ESA advierte que los dispositivos que atraviesan la Anomalía del Atlántico Sur quedan expuestos a niveles de radiación más elevados, lo que puede provocar fallos, daños en componentes críticos e incluso apagones temporales de los sistemas a bordo.

C.C. Finlay, profesor de geomagnetismo en la Universidad Técnica de Dinamarca y autor principal de uno de los estudios recientes, señaló que las agencias espaciales ya consideran la existencia de la Anomalía del Atlántico Sur al diseñar satélites y otras tecnologías destinadas al espacio. No obstante, la expansión de la zona debilitada obliga a revisar y reforzar los estándares de protección para futuras misiones, ya que tanto los equipos actuales como los que se lancen en los próximos años estarán expuestos a riesgos mayores.

Causas de este fenómeno
Finlay explicó que el origen de la anomalía se encuentra en comportamientos inusuales en las profundidades de la Tierra, en frontera entre el núcleo externo líquido y el manto rocoso. “Normalmente, esperaríamos ver líneas del campo magnético saliendo del núcleo en el hemisferio sur. Pero bajo la Anomalía del Atlántico Sur, vemos áreas inesperadas donde el campo magnético, en lugar de salir del núcleo, regresa a él”, detalló.

El fenómeno no se limita a Sudamérica. La ESA ha documentado que otras regiones del planeta también experimentan cambios: el campo magnético sobre Canadá muestra signos de debilitamiento, mientras que sobre Siberia se ha fortalecido. Sin embargo, la expansión de la Anomalía del Atlántico Sur es la que más preocupa a la comunidad científica por su impacto directo en la tecnología espacial.

La ESA ha confirmado que la misión Swarm continuará recolectando datos sobre el campo magnético terrestre en el futuro próximo. Anja Stromme, gerente de la misión Swarm, destacó la importancia de contar con una serie temporal extensa para comprender la dinámica de la Tierra.

Stromme afirmó que los satélites de la misión se encuentran en buen estado y siguen proporcionando información valiosa, lo que permitirá ampliar el registro de observaciones más allá de 2030 y aprovechar los próximos ciclos solares para obtener nuevos conocimientos sobre el planeta.

JZ

leave a reply