Una buena ley la que pone Ricardo Monreal, sin duda, esta que permitirá cancelar las suscripciones y membresías (cosa que, luego, se convierte en un trámite imposible)… pero no deja de tener ese saborcito de “chale, nada más hasta que les pasa a ellos se hace algo”.

Luego de ser presentada por el presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, fue aprobada en “fast track” (o sea, en friega) la propuesta de reforma para regular contrataciones electrónicas.

“Con ello, garantizamos derechos claros y protección efectiva para las y los consumidores frente a cobros recurrentes”, presumió Ricardo Monreal al dar a conocer que se aprobó añadirle unas cositas al artículo 76 bis de la Ley Federal de Protección al consumidor.

De acuerdo con lo que Monreal planteó ante sus colegas de la Cámara de Diputados, sólo se agregó dos fracciones al mencionado artículo que versa sobre las relaciones entre proveedores y consumidores en las transacciones efectuadas a través del uso de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología.

Según Ricardo Monreal, lo aprobado con 438 votos a favor, plantea en materia que los usuarios puedan cancelar cualquier de suscripción o membresía de cobro recurrente con sólo dar un click. Aplicando el “así como uno se suscribe, pues también uno puede cancelar”.

¿Uhhhh qué bien, no? Pues sí… aunque, bueno, ahora queda conocer la génesis de la propuesta de Ricardo Monreal… algo que, por los muy mal pensados, podría tomarse como uso del cargo para cuestiones personales… o, bueno, para cobrársela.

Pues resulta que el diputado de Morena planteó esta ley luego de que, por no poder cancelar un servicio, fue mandado directivo al buró de crédito.

A grandes rasgos, Ricardo Monreal sufrió lo que muchos: “solicité que se cancelara mi suscripción en un canal de entretenimiento. Me pidieron que fuera personalmente a hacerlo, porque no aceptan cartas poder. Fui, me formé y me citaron a la siguiente semana. Y fui a la siguiente semana y tampoco se pudo cancelar. Y me siguieron cobrando en la tarjeta”…

A final de cuentas, el buen Monreal canceló su tarjeta, para no seguir pagando algo que consideraba indebido… pero se la pellizcó: “me mandaron a buró de crédito. Estoy en buró de crédito, debo confesarlo con humildad”.

Luego de tan amarga experiencia, Ricardo Monreal juró que algún día sería diputado y se las pagarían enterita… bueno, no, pero bien podría ser. En fin, ahora la reforma pasará al Senado para su aprobación.

JZ