Enrique Álvarez
El pasado 20 de Septiembre asistí a Monterrey a presenciar el Juego de Leyendas de Fifa. Un eventazo por donde se le vea. Jugadores históricos, un estadio espectacular y la sensación de que los pocos partidos mundialistas que tendrá México en el 2026 serán épicos.
Ahí pude ver las 2 caras de la moneda de una figura del futbol. Esto que voy a contarles lo había visto ya en México con jugadores de la liga local, pero pude constatar que las grandes figuras internacionales tienen el mismo perfil.
Quienes me conocen saben que no fumo y no tomo, pero si tengo un vicio: coleccionar jerseys de futbol. Y esto me hace acercarme a los jugadores y buscar que me firmen los jerseys. La oportunidad que presentaba este evento de poder estar cerca de verdaderas leyendas como Buffon, Pirlo, Del Piero, Puyol, Xavi, Djorkaeff y Trezeguet, todos campeones del mundo, era única. Tomé la oportunidad y viajé a Monterrey en mi modo “fan” activado.
A su llegada al hotel después de un evento público Alessandro Del Piero caminó junto a mi cerca de 30 metros, ignorando mi presencia y mis repetidas peticiones de que me firmara un jersey. Fui como un fantasma a su lado. Era para mí la firma más importante y terminé desilusionado.
La segunda firma más importante era la de Gianluigi Buffon. Tardé en conseguirla. Tardé porque este histórico portero decidió ir a saludar a los aficionados que se encontraban detrás de una valla de seguridad, afuera del hotel y quiso convivir con ellos. Después, al interior de su hotel me atendió como a muchos aficionados, quedando todos sorprendidos por la calidez de la superestrella.
En el futbol como en la vida hay personas consideradas y personas desatentas. En un mismo momento, conocí a las 2. Me quedo sin jersey de Del Piero. Pero crece mi admiración a Buffon.
baf