La crisis migratoria que viven actualmente México y Estados Unidos ha cobrado especial protagonismo en la agenda internacional durante las últimas semanas, “lo que nos recuerda la necesidad de darle un enfoque humanitario y de justicia social”, aseguró Ricardo Monreal.
“La migración no debería ser criminalizada ni estigmatizada, sino vista como una expresión legítima de la búsqueda de un mejor porvenir”, expresó.
En un artículo publicado en redes sociales, señaló que la capacidad de México y Estados Unidos, para recibir un mayor número de migrantes, ya fue rebasada, lo que habla de la complejidad de la situación en la región.
En tal sentido, dijo que es importante reflexionar en torno al llamado que hizo la Secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, a nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador, para “humanizar” la atención de este fenómeno.
“De ahí la importancia de buscar soluciones conjuntas que promuevan el bienestar de todas estas personas y, sobre todo, que se respeten a cabalidad sus derechos fundamentales”, indicó.
Ello, agregó, debido a que más de ocho mil personas llegan todos los días a la frontera norte de nuestro país, quienes esperan ingresar al territorio de la Unión Americana.
Las personas migrantes, manifestó, buscan oportunidades, seguridad y una vida digna, y es esencial comprender que su lucha es reflejo de un sistema global injusto que perpetúa la concentración de riqueza y el poder.
Refirió que de acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la frontera entre Estados Unidos y México se convirtió en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, pues la travesía de miles de migrantes que buscan una vida mejor está llena de peligros y está marcada por la violencia y la explotación.
“Las cifras de muertes y desapariciones en la frontera son alarmantes y deben encender las alertas en ambos países”, advirtió.
El Coordinador de Organización y Enlace Territorial de la Coordinación Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, consideró que las causas del fenómeno son complejas y están relacionadas con pobreza, violencia, falta de oportunidades e inestabilidad política en varios países de América Latina.
Se trata, subrayó, de una respuesta desesperada a condiciones inhumanas que muchas personas enfrentan en sus lugares de origen.
“Es esencial que México y Estados Unidos trabajen en estrecha colaboración con otros países y organismos internacionales, porque la respuesta no puede ser simplemente militarizar las fronteras o endurecer las políticas migratorias, sino que debemos abordar las causas fundamentales de la migración y buscar soluciones conjuntas que promuevan el bienestar de todas las personas”, aseveró.
La crisis, explicó, no es responsabilidad exclusiva de México ni de los países de origen de las y los migrantes, pues Estados Unidos desempeña un papel principal en ella, ya que muchas de sus políticas de migración y comercio tienen un impacto negativo directo en la región.
Ricardo Monreal señaló que la respuesta a esta crisis tiene que darse bajo la conducción de una visión humanitaria y solidaria, mediante la búsqueda de alternativas a la detención de migrantes, así como para promover programas que ofrezcan protección a quienes huyen de situaciones de peligro.
Puntualizó que es una llamada de alerta para la comunidad internacional y un desafío complejo y multifacético que requiere una respuesta a la altura de las circunstancias.
“Es hora de dejar de ver a la migración como un problema y comenzar a abordar sus causas fundamentales. México y Estados Unidos tienen la oportunidad de liderar un enfoque más humano y justo. La pregunta es, hasta qué punto están todos dispuestos a hacerlo”, concluyó.
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